La señora Marlene de Coss es una artesana originaria de Chiapas de Corzo que exhibe este viernes el vestido de chiapaneca en la entrada principal del Congreso del Estado, es la tercera generación de su familia, primero fue su abuela, luego su señora madre y ahora a ella le corresponde seguir poniendo en alto el talento de las mujeres artesanas.
Cuenta que su pasión es elaborar el vestido de chiapaneca, tarea que hace desde los seis años de edad cuando comenzó a involucrarse con los hilos, las telas, los listones y ahora lleva casi 50 años haciendo está prenda de gran calidad y de gran valor artesanal, cultural y económico, alcanza al público consumidor un costo superior a los 25 mil pesos y lo recomienda, al igual que el proceso de lavado y cuidado.
Se viste del bordado, dice que es su vida, sus recuerdos y sus pensamientos, a sus 54 años de edad doña Marlene de Coss sostiene que es una tercera generación de bordadora del vestido de chiapaneca y se siente muy orgullosa, su abuela de Chiapa de Corzo le enseñó los primeros pasos, sabiduría que fue perfeccionando con su madre y ahora lleva una vida entre los vestidos, comenzó dibujando, la milpa, el elote, y luego los bordaba, se ha especializado en diseño de moda.
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El vestido de chiapaneca se compone de dos piezas, la falda y la blusa, sus elementos son olanes o tiras bordadas, son los vuelos que luce la mujer que lo usa, mide 25 centímetros de ancho y dos metros de largo, los encargos son dependiendo el número de tiras en el vuelo, varía en el ruedo que puede ser de nueve tiras, de once o de 16 tiras, que se van acomodando en orden en forma de escalones, de seda, de petatillo o de estambre, una gran variedad, son diseños únicos, enfatizó en entrevista.
El valor económico depende de las tallas, desde los tres mil pesos a los 25 mil pesos, el de mayor costo lleva un año su elaboración cuatro horas diarias, el más sofisticado, después de su uso el lavado es muy especial, el bordado de seda es recomendable no lavarlo, después de su uso se debe colocar al sol, si se lava puede desteñir, el de estambre se puede lavar a mano, no se va a echar a perder por el tipo de puntada, el de petatillo es recomendable que se coloque en una palangana con agua y jabón sin refregar la tela, un trato debe ser con amor, es una prenda fina, un tul de fondo en color negro muy especial, debe secar en sombra y si se plancha ha de ser con plancha tibia, así puede durar de 10 a 12 años.
Todos los bordados son finos, todos son especiales, todos son hechos a mano, el vestido de chiapaneca desde seda, estambre y el petatillo, tiene que ser lavado y cuidado con cariño, quien lo compra se lleva una artesanía, parte de la vida de los artesanos, como diseñadoras, nuestros sentimientos, pensamientos y nuestra vida, se recomienda a la población, explica la artesana.
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