El fuego en las labores agrícolas se puede utilizar, pero de manera correcta, de manera incorrecta es lo que generan los incendios, de lo que se trata es trabajar con las comunidades rurales y las instituciones para reorientar las políticas públicas hacia la conservación, la prevención de siniestros y la protección de los recursos naturales, expuso José Velázquez Martínez.
El jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), dijo que los combatientes de incendios forestales deben tener la debida capacitación y entrenamiento para el control de los siniestros sin poner en riesgo la vida.
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Chiapas cuenta con aproximadamente un millón 300 mil hectáreas que corresponden a Áreas Naturales Protegidas (ANP), al interior se localizan miles de comunidades donde se realizan actividades productivas amigables al medio ambiente, sin embargo, en los 123 municipios se requiere una cultura de conservación, prevención y protección de los ecosistemas para evitar daños por el uso del fuego.
Velázquez Martínez, con una amplia experiencia de más de 20 años en el combate de incendios forestales, expone que la necesidad de trabajar con las instituciones de educación superior la investigación científica y el trabajo social que ellos identifiquen el beneficio del fuego con un uso correcto.
Los bosques de pino y encino bien podrían beneficiarse por el uso correcto del fuego debido a la presencia de plagas, desde la CONANP estamos realizando las quemas prescritas, es decir, es posible su uso para el saneamiento de los ecosistemas, reiteró el especialista.
En 1998 tuvimos que entrarle al combate de incendios, cuando iniciamos nuestro primer ataque nos recogió un helicóptero para llevarnos a otro incendio, nos tocó ver kilómetros de llamas, dormíamos en el campo, nos despertaban las víboras, nos accidentábamos, transcurrían 20 o 30 días son bañarnos porque no había agua, narró.
Mientras tanto, Darinel Velázquez Pérez, guardaparque en el Parque Nacional Cañón del Sumidero, expone que las actividades de conservación tienen que ser una prioridad, no ha habido un solo año en los que no haya habido incendios, pero ante los riesgos tenemos que ser solidarios en la prevención.
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