Que en turismo las nuevas autoridades no descubran el hilo negro para Tuxtla Gutiérrez porque está a la luz desde hace tiempo. En materia turística el mercado en el que la capital del estado debe buscar más participación en este sexenio, es el de congresos y viajes, de acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) de la ciudad.
Para el vicepresidente de Turismo del gremio, Luis Pedrero González, por su vocación comercial, infraestructura hotelera y conectividad la plaza tiene potencial para convertirse en un referente en el también llamado turismo de negocios. Sólo hay que tener espacios con más capacidad para albergar actividades de mayor envergadura. Al apuntalar esos aspectos Tuxtla Gutiérrez aspirará a ser sede de reuniones de entre 600 y 800 personas cada 15 días.
“Eso nos va a generar una derrama económica brutal en cuanto a restaurantes, hoteles y transportadoras turísticas, Tuxtla Gutiérrez tendría de dos a tres noches de pernocta y podríamos hacer sinergia con San Cristóbal y Comitán para las posconvenciones en donde les podrían dar una o dos noches. Estamos hablando de incrementar de un promedio de cinco noches por cada 15 días, a 10 noches al mes por visitante, (multiplicado) por 600 personas, más la gente que llega con ellos”, afirmó.
Dijo que en el último año los congresos y viajes fueron el único segmento de la también denominada “industria sin chimeneas” que registró incremento en el orden nacional, en comparación con la rama turística tradicional que decreció a causa de la desaceleración económica.
“Tuxtla Gutiérrez no es San Cristóbal, no es Palenque, no es Comitán, estamos hablando de muchos Chiapas, la vocación turística de Tuxtla Gutiérrez debe ser sí o sí el turismo de reuniones”, puntualizó.
La Oficina de Convenciones y Visitantes de la entidad (OCV) informó que, en la administración anterior sólo por las actividades de ese mercado atraídas por la dependencia, el estado captó 554 millones de pesos (mdp). Sin embargo, al sumar las actividades no gestionadas por la OCV, la derrama ascendió a cerca de mil mdp.
Ello porque el organizar un congreso, foro, simposio, convención, feria, exposición o viaje de incentivo conlleva una demanda de servicios que en primera instancia no están relacionados con el turismo, como montaje, diseño gráfico, alimentación y servicios de asistencia.