Tuxtla Gutiérrez.- Desde que las líneas de autotransporte condicionan la venta de boletos a la presentación de identificación oficial y/o documentación migratoria, algunas empresas de ese giro formalmente establecidas que prestan el servicio desde Tapachula hacia otras partes del estado o del país registraron una ligera caída en su flujo de usuarios. Representantes de algunas de esas firmas atribuyeron el hecho al temor a viajar de la población, a raíz de las acciones que la autoridad efectúa contra las personas extranjeras indocumentadas.
Informaron que cuando gente proveniente de otro país quiere abordar un vehículo primero debe mostrar papeles que demuestren su legal estancia en el país. Si cumplen con ese requisito, el boleto es otorgado. Está prohibido que quienes trabajen en las taquillas hagan caso omiso a la instrucción bajo cualquier circunstancia, pues -aseguran- saben que no sólo su empleo sino el futuro de la compañía está de por medio.
De hecho, cuando hay dudas sobre la autenticidad de la documentación exhibida por las personas foráneas, algunos concesionarios solicitan de manera inmediata asesoría al Instituto Nacional de Migración (INM). “Así estamos (aquí), pero los demás no”, comentó uno de los entrevistados.
Al respecto, el jefe de Operaciones de la Terminal de Transferencia de Tuxtla, Juan Manuel Márquez Gutiérrez, dio a conocer que el condicionamiento de la comercialización de boletos a la presentación de papelería oficial pasó de ser una disposición de adopción voluntaria a obligatoria. Al menos las compañías que tienen base en el inmueble dese hace días recibieron un oficio del gobierno federal con el respectivo lineamiento.
Todas son sabedoras que trasladar migrantes que están en el país de manera irregular tendrá como consecuencia someter a una investigación a los trabajadores involucrados en el hecho y hasta a la misma empresa, además de la posible cancelación de la concesión, afirmó.
Para él, más que poner atención en las líneas que laboran en la legalidad las autoridades deben concentrar sus esfuerzos en las firmas “piratas”, o bien en las unidades que llevan a cabo cortos recorridos, porque por las características del servicio son vulnerables al traslado de gente extranjera indocumentada.
“A mí ya me tienen bien identificado. Ya sabes quién soy y de una manera legal prestando servicios dentro de la terminal”, justificó.