Desde el punto de vista de la economía familiar, la eliminación del horario de verano es viable, pero no para la macroeconomía del estado, de acuerdo con la docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), Campus Chiapas, Irma Olivia Pérez Cancino.
Informó que a mediados de la década de 1990, cuando dicho régimen fue implantado, algunos domicilios registraron ahorros de hasta 25 por ciento en su consumo de luz y/o desembolso por el servicio eléctrico. Sin embargo, 23 años después ese ahorro en el mejor de los casos sólo es de cinco puntos porcentuales.
“Levantarte temprano y no tener la luz del sol obliga a que prendamos la luz y que tengamos un consumo de energía como tal”, afirmó.
BENEFICIOS Y PERJUICIOS
La académica aseguró que hasta la salud y el turismo serían beneficiados con la derogación de ese programa. Respecto al primero, aseveró, estudios demostraron que el horario de verano daña al organismo, y vuelve más vulnerables a quienes padecen trastornos del sueño.
Sobre el segundo rubro, dio a conocer que en destinos turísticos de naturaleza como los que abundan en la entidad, los visitantes prefieren iniciar los recorridos desde temprano y efectuarlos mientras haya luz natural, cosa que no pasa en sitios que dependen de la vida nocturna como Cancún, Quintana Roo.
Pero el resto de la vida económica de la entidad sí sería alterada. Los plazos de las operaciones en las instituciones financieras y las conexiones aéreas y terrestres estarían desfasados, en comparación con el resto del país, advirtió.
Sea uno u otro caso, aclaró que la eliminación de ese esquema es un tema que compete al Congreso de la Unión, no al Congreso del estado como tampoco al Poder Ejecutivo y Judicial local.