¡Ahí viene el Parachico!

Desde la casa del Patrón en el barrio San Antonio Abad, cientos de ellos danzaron por las vías que se llenaron de color por los sarapes y el brillo de las Chalinas, así como de las máscaras y monteras

SELENE ÁLVAREZ

  · martes 15 de enero de 2019

Los Parachicos son reconocidos a nivel mundial.

Durante la fiesta Grande de Chiapa de Corzo, existen diversas festividades: una de ellas es la danza de los Parachicos y Chiapanecas que salen a bailar al Señor de Esquipulas por las calles de este municipio.

A las 10:00 horas y desde la casa del Patrón de los Parachicos en el barrio San Antonio Abad, cientos de ellos danzaron por las vías que se llenaron de color por los sarapes y el brillo de las Chalinas, así como de las máscaras y monteras, que lucieron este primer día en que salen a festejar al Señor de Esquipulas.

Bajo las loas del Patrón, quien se encarga de guiar al grupo de Parachicos, portador de una máscara de expresión severa, una guitarra y un látigo, toca la flauta acompañado por uno o dos tamborileros.



Asimismo, durante el festín, el Patrón entona loas a las que los Parachicos responden con aclamaciones.

Luego del primer recorrido, dejan las banderas a San Jacinto, donde comen puerco con arroz en la plaza del Parachico “San Antonio Abad el nuevo”, para después continuar por el resto de las calles de Chiapa de Corzo.

Los Parachicos, en la fiesta tradicional de enero de Chiapa de Corzo, son catalogados como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; danzan en honor a San Sebastián Mártir, siendo especialmente honrado como el Santo Patrón de los Parachicos.



Las danzas de Los Parachicos –término con el que se designa a la vez a los bailarines y al tipo de baile que ejecutan– se considera una ofrenda colectiva a los santos venerados. Los bailarines recorren toda la localidad con las imágenes santas y visitan diversos lugares de culto; sus danzas comienzan por la mañana y finalizan de noche. (Con información de Sectur)


La Máscara

Con máscaras de madera esculpidas, tocados con monteras y vestidos con sarapes, chales bordados y cintas de colores, los bailarines van tocando unas sonajas de hojalata llamadas “chinchines”.