En el Soconusco aproximadamente 140 mil hectáreas están dedicadas a la siembra de soya, maíz, café, plátano, mango, rambután, palma africana y cacao, de las cuales en promedio el 50 por ciento presentan problemas de erosión ante el uso de agroquímicos.
Productores de los diversos cultivos reconocen que derivado al uso excesivo de herbicidas y fertilizantes, la tierra ha perdido sus nutrientes disminuyendo entre un 30 y 40 por ciento sus cosechas en los últimos 10 años.
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Ismael Gómez Coronel, presidente de la cooperativa cafetalera "Unidos para estar bien", reconoció que el Soconusco hay aproximadamente 30 mil hectáreas dedicadas al aromático grano, de las cuales 15 mil presentan graves problemas de erosión.
Dijo que hace 10 años el promedio de producción era de 2 mil kilogramos por hectárea pero ahora oscila entre los 800 mil 300 kilos por hectárea, cuya disminución ha sido gradual cada año.
Aseguró que tras la devastación de la roya naranja, los productores combatieron la plaga a base de productos agroquímicos, los cuales ayudarán a contrarrestar el problema fitosanitario, en embargo, el impacto negativo en el suelo ha sido importante.
Remarcó que hace 10 años usaban un costal de 50 kilogramos para fertilizar una hectárea de café, y ahora emplean entre 100 y 150 kilogramos para producir la misma cantidad del aromático grano, lo que deja entrever que la tierra a perdido sus nutrientes debido a la erosión.
El investigador del centro de investigaciones con visión para Mesoamérica, Vicente Castro Castro, afirmó que cada vez el suelo tiene mayor presencia de fertilizantes porque se ha intensificado la agricultura en los últimos 30 años; ejemplificó que las personas han cambiado los hábitos alimenticios, porque anteriormente las familias procuraban sembrar en huertos de traspatios, pero debido a la urbanización, ya no hay espacios para hacerlo y se tiene que recurrir a la exigencia de sembrar más en las tierras de cultivo.
Dijo que al exigir mejores productos del campo, se tiene que recurrir a mayores cantidades de fertilizantes y compuestos químicos para cubrir la demanda de la población, sin reconocer que se provoca un grave daño a los suelos con el paso de los años.
Señaló que el principal causante del problema con el medio ambiente es el ser humano, porque aún cuando están a la vista los efectos por el cambio climático, no hace nada por evitar que las afectaciones se propaguen, y el problema es tan importante que según especialistas, en menos de 30 años carecerá el alimento, sin contar con el deterioro en la salud de las personas, animales y plantas.
Indicó que una vez que son aplicados, los plaguicidas son transportados por las lluvias y pueden contaminar aguas subterráneas o corrientes superficiales, se depositan en sedimentos y pueden afectar a microorganismos que son importantes para el equilibrio del ecosistema.
"Se ha advertido sobre el problema de erosión que sufre el suelo en el Soconusco derivado al uso excesivo de agroquímicos en las actividades agrícolas para la producción de cultivos y por la deforestación, lo que provoca una crisis ambiental" abundó.
Asimismo, el presidente de la Asociación de Agrosilvicultores del Estado de Chiapas, Pablo Tomasini Campocosío, dio a conocer que otro de los factores que agravan la problemática es la tala clandestina de los árboles, que repercute directamente en la segmentación y erosión de los suelos, situación que se ha acrecentado en los recientes años, y son los asentamientos humanos de la parte costera la que más sufren las consecuencias, porque en cada época de lluvia hay inundaciones y el realizar sus actividades de pesca son cada vez más complejos.
Puntualizó que el contar con árboles propician condiciones que favorecen la recarga hídrica, crean barreras para evitar la erosión de los suelos, así como generan espacios que coadyuven con la biodiversidad, ya que los bosques de ribera son hábitat de diversas especies.
Mencionó que al talar los árboles se eliminan todas las barreras protectoras en las cuencas y en esta temporada de lluvias existe preocupación de las familias de la zona baja porque en los afluentes se abren muchas ventanas debido al azolvamiento que podrían generar desbordamiento de los mismos.