El lunes 4 de enero de 2010 empezó a circular por primera vez en Tuxtla Gutiérrez la nueva modalidad de transporte público denominado “Conejobús”, fueron 90 vehículos aproximadamente que se lucían sobre la Avenida Central. Para concretar el proyecto, el exgobernador Juan Sabines convenció a los concesionarios de las rutas 1 y 2 para que fueran socios y retiraran sus automotores, a fin de que los autobuses pudieran circular.
Nueve años después, existe una deuda a los 127 socios de 15 millones de pesos, este monto corresponde a nueves meses que se han juntado desde el 2017 a la fecha; “nos ha dejado de pagar el secretario de Hacienda, porque simple y sencillamente nos dice que no hay dinero, llegamos a la Secretaría de Hacienda y únicamente nos dicen que pronto habrá dinero y es mentira”, aseveraron los inconformes.
CLÁUSULA NO RESPETADA
“El pago a los socios no debería faltar, ya que cuando esta modalidad inició, el gobierno creó un fideicomiso para los integrantes, donde mensualmente tenían que pagarles 20 mil pesos trabajara o no el Conejobús, nosotros teníamos seguro el dinero porque se creó el fideicomiso”, remarcaron.
Asimismo, indicaron que Hacienda estatal pretende reducir los pagos mensuales de los socios, de 20 mil a 10 mil pesos, la excusa es porque el gobierno actual es austero, pero “nosotros no somos empleados de gobierno, tenemos que recibir lo que nos corresponde, no somos funcionarios, somos socios”, recalcaron.
Aseguraron que existe también un adeudo millonario a los proveedores, entre ellos Hacienda, Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y Seguro Social, lo cual propició que varios autobuses fueran embargados.
Actualmente circulan sólo 20 vehículos y el resto está abandonado cerca de la Secretaría de Protección Civil al surponiente, en la colonia Terán.
Existe también un adeudo millonario a los proveedores, entre ellos Hacienda, Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y Seguro Social, lo cual propició que varios autobuses fueran embargados.