El activista Irineo Mújica señaló, que los migrantes de la frontera sur y norte viven en plena pandemia un viacrucis, debido al nulo interés de las autoridades federales por proteger a esta comunidad vulnerable.
Expuso que en los hospitales están muriendo extranjeros que lograron tener acceso a una camilla, debido a que no son atendidos en tiempo y forma por su condición de ser discriminados.
Aunado a esto, el defensor de derechos humanos apuntó que la cacería por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) no ha cesado y persisten los operativos que ahora no se visibilizan a causa del virus que ha frenado todo.
“Sigue la persecución, sigue la cacería del Instituto Nacional de Migración, pese a que en la frontera sur ha disminuido el número de migrantes y en la frontera norte siguen llegando, por eso es necesario ver el accionar del Estado Mexicano para ayudar a estas personas que son vulnerables”, dijo.
El director de Pueblo Sin Fronteras inició movilizaciones en el norte del país, desde donde hace un llamado a todos los organismos defensores de derechos humanos a exigir se frene la violación a la garantía de buenas condiciones de vida de los extranjeros en ambos hemisferios del país donde se encuentran varados o en espera de algún permiso por parte de la autoridad.
Apenas el pasado 7 de agosto, Migración deportó a 55 haitianos vía aérea desde el Aeropuerto Internacional de Tapachula (AIT) a Puerto Príncipe. También envió vía terrestre a 126 guatemaltecos a través del Puente Internacional Rodolfo Robles que conecta a Ciudad Hidalgo con Tecún Umán.
Luis García Villagrán, activista en Tapachula, señaló que esto se trata de “repatriaciones hormiga” que efectúa el INM sin las normas de respeto a los derechos humanos.
“Es necesario que el gobierno voltee a ver hacia el Instituto Nacional de Migración, porque la curva de migrantes se aplanó, pero se tienen que revisar bajo qué condiciones miles de migrantes se fueron de esta parte del país a sus naciones o a otros lados de México”, finalizó.