Tapachula.- El pasado 23 de julio un accidente fatal dejó como saldo cuatro personas muertas que viajaban a bordo de un vehículo particular y fueron embestidos por un tráiler.
El encontronazo fue resultado de las malas condiciones en que se encuentra la carretera internacional panamericana, que conecta a Centroamérica con el centro de la entidad.
Con anterioridad, se ha denunciado que en esta importante vía, los trabajos de rehabilitación de varios tramos carreteros convierten en un peligro latente esta vía, debido a que los sentidos de los carriles cambian constantemente provocando confusión entre los automovilistas.
Esta carretera atraviesa por los municipios de Tapachula, Huehuetán, Huixtla, Villa Comaltitlán, Escuintla, Acacoyagua, Acapetahua, Mapastepec, Pijijiapan, Tonalá y finalmente Tuxtla Gutiérrez.
Son 370 kilómetros de constante peligro a los que usuarios del transporte público y automovilistas se someten debido a dichas tareas de reparación, que se han prolongado por meses, aunado a sectores de asfalto que están convertidos en “campos minados”.
El paso vehicular es obstruido por camiones de carga, maquinaria pesada y cúmulos de material para los trabajos que obrero realizan durante la mayor parte del día.
Sin embargo, la falta de señalización ha propiciado accidentes y confusiones en quienes transitan por esta vía. El problema se acentúa aún más de noche, cuando hombres de la obra abanderan los puntos donde la ruta de doble carril en un sentido se convierte en dos pasos de ida y venida, pero el personal es insuficiente y los señalamientos escasos.
Son, al menos, 15 tramos en los que los carriles se ven afectados por estas obras. El punto más complicado, abarca desde la caseta de vigilancia de la Policía Federal denominada “Madre Vieja” hasta el municipio de Villa Comaltitlán, un aproximado de 60 kilómetros de tránsito lento y camino complicado.
Por ahora, pobladores piden agilizar los protocolos de construcción y reparación en esta importante vía, que conecta también con el estado de Oaxaca.