Robbie Williams dejó los escenarios el pasado septiembre sin dar mayores razones sobre su estado de salud pero esta semana ha revelado el infierno que pasó por un diagnóstico que lo hizo repensar su vida.
El intérprete de "Angel" supo que algo andaba mal cuando en el backstage de un show en Rusia comenzó a debilitarse. Según contó en entrevista para The Sun, tenía intensos dolores de cabeza y serios problemas para respirar.
"Mi brazo izquierdo se entumeció y no pude dejar de babear por el costado de mi boca", relató.
Pese a este episodio, terminó el concierto pero su brazo seguía entumecido. "Me veía como un soldado. Necesitaba terminar con lo que ya había empezado y por eso iría a Rusia a dos shows más sin importar en que estado me encontraba", dijo.
Antes voló a Londres para hacerse unos estudios y fue ahí cuando el panorama cambió. Le habían encontrado algo parecido a la sangre en el cerebro y fue internado de inmediato.
Pasó siete días en el hospital y según el propio Robbie fueron los peores días de su vida pues no pudo ver a su familia. Tras darlo de alta, los médicos le prohibieron hacer cosas estresantes por lo que está en recuperación en Los Ángeles.