Ya se está acondicionando en Mérida Yucatán el Museo Armando Manzanero con la curaduría de Pepe Chapur, mismo que se tiene planeado inaugurar en un año anunció el propio cantautor.
En el lugar se exhibirá el Grammy Honorífico por su trayectoria que le otorgó la Academia de la Grabación en el 2014, siendo el primer compositor mexicano en lograrlo.
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Manzanero informó qué como parte de la exposición de su historia musical además de sus obras en partituras, lápices, plumas, hojas, escritorios, libretas, habrá prendas como guayaberas, sombreros, zapatos, sus platillos favoritos y un hecho sui géneris, la división relacionada con el circo, porque a través del timbal aprendió a musicalizar sus letras al contar con 10 años cuando trabajaba en el circo.
“Es parte de mi vida, el circo es sin duda la parte que posiblemente más conservo de mi niñez, es mi fascinación. Yo empiezo a trabajar en el circo de los Hermanos Padilla, tocando el timbal para amenizar la entrada de los espectadores".
El autor de Somos novios recordó que su abuela lo llevó por primera vez cuando tenía ocho años. “En una ocasión cuando yo voy por mi cuenta y con mis hermanas al circo, el señor del timbal no lo podía meter solo. Entonces, yo lo ayude a que entrara y luego yo ya hacía su trabajo. Es así que empiezo a tener nociones del circo. Y toco el timbal en el circo, de ahí que también me gusten los payasos con sus rostros pintados”, detalló el presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM).
Armando Manzanero fue muy claro en comentar en entrevista, tras la firma del convenio de la SACM con Yamaha, que “mis hijos son los que están compilando todos los objetos relacionados con mi obra y piezas y demás objetos. Yo como padre de familia, mi vida no ha sido tradicional. En cada administración (así llama a sus matrimonios) se han quedado un montón de cosas. Ellos se encargan de recopilarlas”.
No olvida el cantautor mexicano que su primer piano lo compró su papá para él a los ocho años, luego se lo vendió a los 14 años de edad. Y ya cuando arribó a la Ciudad de México, se hizo de uno de modelo Spinetta (Yamaha), que lo compró en abonos en un local de Izazaga, Centro; y es la hora que no lo recupera. “Lamentablemente se lo quedó una paisana mía Tete Cuevas, ya no la rastree, me hubiera gustado tenerlo”.
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El maestro Manzanero fue muy escueto en torno a abordar a don Vicente Fernández a quien ya le entregó algunos temas. “El trabajo de un compositor es sembrar. Uno lleva su mercancía y la siembra. Así hacemos, dejamos el material y luego vamos a La Villa a rogarle a la Morenita que sea pronto el lanzamiento de la canción.
“Vicente es un excelente amigo mío lo conozco desde hace 60 años, lo vi, está bien, pero lo más bonito, es que todavía canta muy lindo”, confirmó .