Alfonso Borbolla ha dejado huella en la actuación, pues este año el público mexicano disfrutó de su trabajo en la televisión, primero, en la serie sobre la vida de Julio César Chávez titulada El César, donde da vida por algunos capítulos, al expresidente Carlos Salinas de Gortari, pero su más reciente papel como Raúl Velasco en la serie sobre la vida de Luis Miguel le ha dejado con un buen sabor de boca.
Para el actor, el haber dado vida a estos personajes le abrió más puertas laborales y le valió el reconocimiento de amigos, familia y público en general, pero regresa al camino que considera su pasión, el teatro, con la obra Edificio San Miguel, donde da vida al administrador del inmueble y figura central de las charlas, pláticas y problemáticas de quienes conviven dentro de este espacio.
En entrevista telefónica, Borbolla asegura que es algo muy diferente a su último trabajo, refiriéndose a la serie sobre Luis Miguel. “Aquí soy un habitante más, un vecino preocupado porque las cosas funcionen como deben, soy contador de profesión y me encargo de las cuotas fijas y pagos que se deben hacer por conceptos de reparación en el edificio, pero como sucede, siempre hay problemas con morosos, quienes no quieren pagar y por consecuencia, las juntas entre vecinos son inevitables, aquí se desarrolla toda la trama, pues el público podrá ver cómo se originan y se resuelven los problemas en éstas vecindades modernas”, señaló.
Por su parte, la directora de este proyecto Angélica Rogel, aseguró que a semanas de su estreno todavía siguen ajustando detalles del montaje. “Estrenamos el 20 de agosto en la Sala Novo del Teatro La Capilla en Coyoacán y estamos en el proceso de jugar y ensayar con las posibilidades que nos da el caos que se genera dentro de una junta de vecinos, la narrativa se centra en el círculo de los actores que participan”, expresó.
La historia comienza como todos los lunes, primeros de cada mes, cuando los condóminos del Edificio San Miguel se reúnen para hablar de los problemas que conciernen al edificio pero las envidias, los problemas de convivencia, los celos y los reclamos saldrán a flote, en una sesión que será todo, menos la junta vecinal perfecta, en la que la cordialidad y la civilidad serán los eternos ausentes.
Con una carrera respalda con 18 montajes dirigidos con anterioridad, Rogel asegura que esta obra debe de mantenerse perfecta, pues es muy fácil salirse del guión e improvisar y dar origen a que las cosas no se hagan como uno quería.
“Yo me inicié como actriz y la improvisación es algo esencial en el actor de teatro, pero aquí debemos de respetar el camino trazado, pues cuando se trata de discusiones es muy fácil salirse, el público debe de ser parte de la discusión, pero sin participar, es la magia que tenemos que transmitir, que parezca que toda la conversación fluye de manera natural, es un lenguaje muy cotidiano, por lo que la gente se va a divertir”.
A lo largo de su carrera, Angélica Rogel ha dirigido obras como El jardín de los cerezos que tuvo su temporada en el foro Shakespeare, La piel de Venus, obra nominada a los premios de los críticos de teatro y próximamente empezarán los ensayos de la obra que por ahora tiene como títuloPiano Bar, con historias que se desarrollan en estos lugares, acompañados por algunos musicales, además de otro guión más escrito por ellaProductos farmacéuticos para imbéciles, que ya afina detalles para estrenarse en el teatro El Granero, a espaldas del Auditorio Nacional.
“Por ahora me mantengo en el teatro, esperemos que tengamos alguna oportunidad en el cine o la televisión, tal vez el nuevo gobierno apoye un poco más la creación de nuevas obras, películas o lo que sea, con la generación de más empleos y una mayor seguridad, la gente saldrá a divertirse en esta ciudad”, finalizó.