La cafeticultura, una de las principales actividades de la agricultura en el estado, se encuentra abandonada, a pesar de que dependen un millón de personas en toda su cadena productiva al cultivarse 250 mil hectáreas en 88 municipios, atendidas por 180 mil productores, el 80 por ciento de ellos, minifundistas, expone Mariano López Cruz, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas de Chiapas (UNITACH).
Derivado de la pandemia del SARS Cov2 (Covid 19) la demanda de café a nivel local, nacional e internacional ha bajado, los precios internacionales han descendido y persiste una desconfianza de los propios consumidores, durante el semáforo epidemiológico de color rojo y naranja, las cafeterías y restaurantes decrecieron en la demanda de café.
Comentó que después de petróleo en México la cafeticultura es la generadora de divisas, sin embargo, requerimos de la atención por parte del Estado mexicano a través de la secretaría de Desarrollo Rural (SADER), para la renovación de los cultivos, sanidad, acopio y comercialización, sustentado en un plan integral con el consenso de las organizaciones que eleve la producción, diversifique los mercados y aumente los precios.
“No es como lo dice el gobierno que todas las organizaciones son corruptas, estas no reciben recursos, capacitan, orientan y gestionan, nunca van a desaparecer, pero si el gobierno se aferra a no incorporar a los productores de café a los padrones, habrá más afectaciones, por segundo año consecutivo los cafetaleros ni reciben recursos de las instituciones públicas”.
Ante este escenario lo que se vislumbra es que Chiapas va a tener mayor migración hacia los Estados Unidos, o hacia el norte del país, sobre todo, ahora que la secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) inició proceso para crear Oficinas de Encale Municipal en Arriaga, Villaflores y Palenque, además de la existente en Comitán y Tuxtla Gutiérrez, donde se expiden pasaportes.
La cafeticultura en Chiapas alcanza un volumen por ciclo agrícola que va de un millón a un millón 400 mil quintales, pero la solución a la crisis está en generar mejores condiciones de vida en los lugares de origen, no alentar a la migración, porque al igual que la producción del café, también descendió la producción y el valor del maíz, frijol, miel, oleaginosas, entre otros productos, sostiene López Cruz.
En la actualidad el precio del café para el consumo local está en 30 pesos, mientras que en los mercados internacionales oscilan de los 120 a los 200 pesos, es uno de los sectores más sensibles que demanda una cooperación institucional a nivel nacional y estatal, insistió Mariano López.
Desde el 2014 la cafeticultura arrastra una crisis debido al impacto causado por la roya, pero ha ido creciendo y se demanda mayor atención del Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), como del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), para generar y transferir tecnología científica, añadió Armando Ruiz Cruz, dirigente de la Unión Estatal de la Organización Campesina Independiente de Chiapas (UNEOCICH).
Finalmente, el representante del Consejo Coordinador de Organizaciones por México A.C. (COCOM), Samuel Constantino José, demandó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, atender de manera prioritaria a un sector estratégico para la generación empleos, la estabilidad y paz social.