El IMSS registrará pérdidas por 8 mil 131 millones de pesos por menor recaudación de cuotas obrero-patronales, consecuencia del coronavirus y al cierre del año dispondrá de 9 mil 897 millones de pesos de la Reserva de operación para Contingencias y Financiamiento (ROCF).
En tanto, la proyección arroja como resultado que se contará con solvencia financiera hasta después del 2030 y se acumularán reservas entre los años 2021 y 2027 por 7 mil 984 millones de pesos.
En su informe financiero y de riesgos a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el IMSS destaca que la pandemia de Covid-19, iniciada en México el 27 de febrero de 2020 con el primer caso registrado, ha obligado al Instituto a reorientar los recursos para la atención de la emergencia.
En el rubro de otros ingresos, se estima una recaudación menor en 14.7 por ciento por ingresos en los rubros de tiendas, centros vacacionales, productos sobre cuentas bancarias, ingresos por atención médica a no derechohabientes, recuperación de primas de seguros, cuotas de recuperación por permisos de uso temporal y por uso de instalaciones deportivas.
Los recursos proyectados al cierre de 2020 para pensiones en curso de pago a cargo del Gobierno Federal son mayores en 14 mil 500 millones de pesos respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación, debido al gasto regularizable de la nómina de pensionados, así como al otorgamiento de hasta 90 días del valor de su pensión en préstamo a los pensionados.
En el gasto corriente, se prevé cerrar con un mayor nivel de erogaciones, derivado principalmente, de procurar el gasto sustantivo y la reorientación de recursos a subsanar la contingencia sanitaria. En cuanto a proyectos prioritarios en materiales y suministros y en servicios generales se esperan aumentos de 15.4 por ciento y 23.8 por ciento en términos reales, respectivamente, explicados por el aumento en costos y demanda de servicios médicos.
De esta manera, dice el IMSS, la pandemia ha tenido una repercusión negativa en las finanzas institucionales, además de la afectación a la salud de la población derechohabiente.
El impacto financiero se debe, por un lado, a que por la inactividad económica habrá una menor recaudación de Cuotas Obrero-Patronales y, por otro, la necesidad de ampliar la prestación de servicios médicos especial izados ha significado incurrir en erogaciones contingentes para afrontar la epidemia, mismos que han sido atendidos con el presupuesto aprobado para el ejercicio fiscal 2020, mediante la reorientación del presupuesto, sin afectar el gasto sustantivo para la adecuada atención a los derechohabientes.
Por ello, se proyecta la viabilidad financiera del Instituto hasta el año 2034, es decir, 6 años más de lo estimado en el Informe del año anterior.
El documento explica que el MSS enfrenta, desde hace varios años, un conjunto de problemas estructurales que inciden directamente en su desempeño y viabilidad financiera en el mediano y largo plazos.
Por una parte, está el financiamiento de la atención a la salud de la población derechohabiente, en particular la de edad avanzada, que representa una carga importante, entre otras cuestiones por el uso tan amplio que demanda de los servicios médicos y la proporción del gasto que significa, como consecuencia de la transición demográfica y epidemiológica.
Por otra parte, el pago de la nómina de sus trabajadores jubilados y pensionados, para lo que cada año es necesario que el Instituto dedique una proporción mayor de su presupuesto.
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