Toniná, ubicada en el municipio de Ocosingo, en el estado de Chiapas, es un importante sitio arqueológico de la civilización maya. El nombre "Toniná" proviene de la lengua náhuatl y se traduce como "Grandes Casas de Piedra". Su auge se dio entre los siglos VI y X d.C., alcanzando su mayor influencia hacia el año 900, cuando se convirtió en uno de los complejos urbanos más impresionantes de la Mesoamérica antigua, destacándose por su imponente acrópolis.

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Este sitio, rodeado por las montañas de Chiapas, refleja el poder de sus antiguos habitantes, quienes construyeron una monumental pirámide sobre una cordillera que atraviesa el norte del valle de Ocosingo, un paisaje que serpentea entre densos bosques. A lo largo de más de mil años de actividad constructiva, Toniná se transformó en un vasto conjunto de templos, palacios y escalinatas que se superponían en diversas capas, formando un intrincado laberinto arquitectónico.

De las siete plataformas que componen la pirámide principal, destacan varias. En la tercera, se encuentra el Palacio del Inframundo; en la cuarta, el Palacio de las Grecas y la Guerra; y en la sexta, el famoso mural de los Cuatro Soles, una obra en estuco que representa el mito de las cuatro eras cósmicas. La séptima plataforma es la más alta y alberga los templos de los prisioneros y el majestuoso Templo del Espejo Humeante, considerado el más elevado de Mesoamérica. Entre las esculturas más destacadas halladas en el lugar están la de Tzots Choj, el último gobernante de Toniná, y la de Jaguar Sobrenatural, un líder de Palenque y Bonampak, cuyas piezas arqueológicas añaden nuevos capítulos a la historia maya, extendiendo la comprensión de esta civilización por más de 300 años.

¿Qué pasa actualmente con Toniná?

En la actualidad, Toniná se encuentra en abandono. Solo se puede acceder al museo del sitio, donde se preservan algunos vestigios de su rica historia. Los habitantes locales han expresado su preocupación y han solicitado a las autoridades correspondientes que tomen medidas para preservar y evitar el deterioro de este patrimonio invaluable. Sin una intervención adecuada, Toniná corre el riesgo de perderse irremediablemente como testimonio de una de las culturas más avanzadas de la historia de Mesoamérica.

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