La aerolínea Air Berlín, que hoy canceló más de 100 de sus 750 vuelos previstos después de que 200 de sus 1.500 pilotos se declararan enfermos, avisó a los trabajadores de que juegan con fuego cuando la empresa, que se declaró insolvente el 15 de agosto, negocia con potenciales inversores.
"El día de hoy nos cuesta muchos millones. Estamos en las conversaciones finales con posibles inversores y la estabilidad de las operaciones son un requisito previo para el éxito de las negociaciones. Sólo así podemos garantizar tantos empleos como sea posible", subrayó el consejero delegado, Thomas Winkelmann, en un comunicado.
"Lo ocurrido hoy pone en peligro todo el proceso de insolvencia", añadió el apoderado de la compañía, Frank Kebekus, quien advirtió de que si la situación no cambia a corto plazo habría que parar las operaciones y, por consiguiente, los esfuerzos que se están realizando para sanear la aerolínea.
Air Berlín denunció que los pilotos presentaron bajas médicas a última hora, en las reuniones previas a los vuelos o en su camino al aeropuerto, en una jornada que dejó a miles de pasajeros en tierra.
Winkelmann elogió la profesionalidad con la que han respondido tras la quiebra los trabajadores y criticó la actuación del grupo de pilotos que hoy se dio de baja.
La empresa aseguró que su principal objetivo es salvar el mayor número de empleos posibles y señaló que el plazo para las ofertas de los inversores concluye el viernes.
Desde el sindicato de pilotos Cockpit un portavoz dijo que no se trataba de una huelga, sino de una "acción espontánea" de los colegas de Air Berlín, a quienes pidió volver al trabajo si no tenían ningún motivo grave de salud.
"Es extremadamente importante que la compañía siga volando para que se alcance el éxito en las negociaciones", señaló.
Según el diario "Bild", la aerolínea suspendió el lunes las negociaciones con un potencial nuevo comprador para la absorción de más de 1.200 pilotos de la compañía quebrada.
"Es un puro acto de desesperación. Lo lamentamos por los pasajeros, pero luchamos por nuestra existencia", señaló un piloto al rotativo.
La oferta más reciente para hacerse con la aerolínea es del empresario Hans Rudolf Wöhrl, que el pasado domingo expresó su disposición de adquirir Air Berlin por hasta 500 millones de euros, oferta que, señaló, ya había trasladado a la aerolínea quebrada.
El empresario precisó en un comunicado que Lufthansa, Condor, Tui, Germania y Niki Lauda fueron informados de que pueden participar en la oferta y que, de no estar interesados en ella, estaría dispuesto a asumir solo, con el apoyo de inversores, el saneamiento de la aerolínea.
Poco después de hacerse pública la quiebra de Air Berlin, el Gobierno alemán concedió un crédito de 150 millones de euros a la compañía de bajo coste para que pudiera seguir operando con normalidad y dar así tiempo a las negociaciones para una posible compra.
/eds