Un estudio de cohorte prospectivo, publicado recientemente en la revista Cancer, ha profundizado en la desconcertante realidad de por qué los hombres presentan tasas más altas de cáncer que las mujeres en la mayoría de las localizaciones anatómicas. Aunque se pensaba que factores de riesgo como el tabaquismo, el consumo de alcohol y la obesidad podrían explicar estas disparidades, los resultados arrojan más sombras que luces sobre esta cuestión.
La investigación se basó en datos del Estudio de Dieta y Salud de los Institutos Nacionales de Salud-AARP, abarcando el período de 1995 a 2011. La cohorte incluyó a 171,274 hombres y 122,826 mujeres, con edades comprendidas entre los 50 y 71 años. Durante el seguimiento, se registró la incidencia de cáncer por sexo y sitios anatómicos afectados, mientras se evaluaba la asociación con diversos factores de riesgo.
Principales Hallazgos:
A lo largo del período de seguimiento, se documentaron 17,951 casos de cáncer en hombres y 8,742 en mujeres. Contrario a lo esperado, en la mayoría de las localizaciones anatómicas, el riesgo de cáncer fue significativamente mayor en hombres, a excepción del tiroides y la vesícula biliar. Las razones de riesgo (HR) variaron entre 1.30 y 10.80, destacando el esófago (HR=10.80), la laringe (HR=3.53), el cardias gástrico (HR=3.49) y la vejiga (HR=3.33).
A pesar de relacionar estas localizaciones de cáncer con factores de riesgo reconocidos, como el consumo de alcohol, tabaquismo, tipo de dieta y ejercicio, solo parte del riesgo pudo ser explicado. Los factores de riesgo tuvieron un peso modesto en la predominancia masculina, oscilando entre el 11% en el esófago y el 50% en el pulmón, indicando la presencia de una influencia importante de factores biológicos aún no comprendidos.
¿Cuál es la Razón?
El estudio deja en claro que los factores de riesgo conocidos no explican completamente las diferencias de incidencia de cáncer entre hombres y mujeres. Aunque se han propuesto hipótesis, como las hormonas sexuales, el sistema inmunológico, funciones fisiológicas y genética, aún no se ha demostrado la razón exacta de estas diferencias biológicas intrínsecas.
La investigación resalta que la probabilidad de que los hombres mueran por cáncer no se atribuye exclusivamente a factores de riesgo conocidos, instando a una investigación continua sobre las influencias biológicas, con el potencial de tener implicaciones significativas en términos preventivos y terapéuticos. Este enigma oncológico sigue desafiando a la ciencia, pero su resolución podría abrir puertas cruciales en la lucha contra el cáncer.
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