La trombosis es una condición médica en la que se forma un coágulo sanguíneo en una vena o arteria, lo que puede obstruir el flujo sanguíneo y poner en riesgo la salud del paciente. Existen dos tipos principales de trombosis: trombosis venosa y trombosis arterial. Ambas pueden tener consecuencias graves, pero la trombosis venosa profunda (TVP) y el embolia pulmonar son particularmente peligrosas, ya que pueden causar daños a los pulmones o incluso ser mortales.
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¿Qué sucede durante la trombosis?
El coágulo sanguíneo, también conocido como trombo, se forma cuando hay un desequilibrio en el proceso de coagulación. En condiciones normales, la coagulación ayuda a detener el sangrado después de una lesión, pero en la trombosis, los coágulos se forman sin necesidad, obstruyendo el flujo sanguíneo. Esto puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero generalmente afecta a las piernas (trombosis venosa profunda) o al cerebro (trombosis arterial, que puede causar un accidente cerebrovascular).
Los coágulos que se desarrollan en las venas profundas de las piernas pueden desprenderse y viajar a los pulmones, bloqueando las arterias pulmonares y provocando una embolia pulmonar, una emergencia médica que puede ser fatal si no se trata de inmediato.
Causas y factores de riesgo
Existen diversos factores que aumentan el riesgo de sufrir trombosis:
Inmovilidad prolongada: La falta de movimiento, como estar sentado durante largos períodos, puede ralentizar la circulación sanguínea. Esto es común en personas que viajan en avión o en automóvil durante muchas horas, así como en pacientes hospitalizados o con reposo prolongado.
Cirugías recientes: Después de una cirugía, especialmente en áreas como las piernas o el abdomen, el riesgo de trombosis aumenta debido a la inmovilidad y la inflamación.
Enfermedades crónicas: Trastornos como diabetes, hipertensión, cáncer, y problemas cardíacos pueden elevar el riesgo de desarrollar trombosis.
Antecedentes familiares: Las personas con antecedentes familiares de trastornos de coagulación, como el síndrome de trombofilia, tienen mayor probabilidad de sufrir trombosis.
Uso de anticonceptivos: Algunos anticonceptivos orales que contienen estrógenos pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, especialmente en mujeres que fuman o tienen otros factores de riesgo.
Edad avanzada: A medida que las personas envejecen, la circulación sanguínea tiende a volverse más lenta, lo que facilita la formación de coágulos.
Síntomas de la trombosis
Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del coágulo, pero algunos signos comunes incluyen:
- Dolor, hinchazón o enrojecimiento en la zona afectada (generalmente en las piernas en caso de trombosis venosa profunda).
- Dificultad para respirar, dolor en el pecho o tos con sangre (en caso de embolia pulmonar).
- Debilidad o entumecimiento en la cara, brazo o pierna (si el coágulo afecta las arterias cerebrales, causando un accidente cerebrovascular).
Es importante señalar que algunas personas pueden no presentar síntomas evidentes, lo que hace que la trombosis sea difícil de detectar sin pruebas médicas.
¿Cómo prevenir la trombosis?
La prevención de la trombosis es fundamental, y existen varias medidas que pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos:
Mantenerse activo: Realizar ejercicio regularmente mejora la circulación sanguínea y reduce el riesgo de trombosis. Incluso durante viajes largos, es importante levantarse y caminar cada cierto tiempo para evitar la estasis sanguínea en las piernas.
Hidratarse adecuadamente: Mantenerse bien hidratado ayuda a prevenir la deshidratación, que puede espesar la sangre y aumentar el riesgo de coagulación.
Uso de medias de compresión: Las personas con riesgo de trombosis, como aquellas que pasan largos períodos de tiempo inmóviles o las que han tenido cirugías recientes, pueden beneficiarse del uso de medias de compresión para promover la circulación sanguínea en las piernas.
Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco: El alcohol y el tabaco son factores que aumentan el riesgo de trombosis al alterar la coagulación de la sangre y dañar las paredes de las arterias. Reducir o eliminar su consumo puede mejorar significativamente la salud vascular.
Controlar enfermedades subyacentes: Mantener bajo control enfermedades como la diabetes, la hipertensión o el colesterol alto es clave para prevenir la trombosis. El tratamiento adecuado de estas condiciones puede reducir el riesgo de formación de coágulos.
Medicamentos anticoagulantes: En personas con alto riesgo de trombosis, los médicos pueden recetar medicamentos anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos. Es importante seguir las indicaciones médicas al tomar estos medicamentos.
Monitoreo de la salud: Las personas que han tenido trombosis previamente, que tienen antecedentes familiares o que presentan condiciones de riesgo deben someterse a chequeos regulares para detectar signos tempranos de trombosis.
La trombosis es una condición seria que puede tener consecuencias graves si no se detecta y trata a tiempo. Afortunadamente, existen medidas efectivas para prevenirla, como mantenerse activo, controlar las enfermedades subyacentes, y adoptar hábitos de vida saludables. Si experimentas síntomas como dolor en las piernas, dificultad para respirar o debilidad repentina, es esencial buscar atención médica de inmediato para prevenir complicaciones graves.
La prevención es la clave para proteger nuestra salud vascular y reducir el riesgo de trombosis.
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