En medio de la temporada de enfermedades respiratorias, el Virus Sincitial Respiratorio (VSR) ha surgido como un motivo de preocupación, siendo la causa viral más común de enfermedades graves del tracto respiratorio inferior, como bronquiolitis y neumonía, con un impacto particularmente severo en los lactantes.
El VSR, un virus de ARN perteneciente a la familia Paramyxoviridae, inicialmente presenta síntomas leves que pueden confundirse con un resfriado común. Sin embargo, su capacidad para evolucionar hacia complicaciones más serias, así como su propensión a la hospitalización de los más pequeños, lo convierte en un asunto de gran relevancia para la salud pública.
Uno de los aspectos más inquietantes del VSR es su periodo de contagiosidad, que puede iniciar uno o dos días antes de que la persona afectada manifieste síntomas. En casos más preocupantes, como en bebés y personas con sistemas inmunológicos debilitados, la propagación del virus puede persistir incluso después de que cesen los síntomas, extendiéndose hasta por cuatro semanas.
La transmisión del VSR se produce principalmente a través de gotas respiratorias expulsadas al toser o estornudar, así como por el contacto con superficies contaminadas con secreciones respiratorias. Esto subraya la importancia de medidas preventivas, como el lavado de manos frecuente y la concienciación sobre la higiene personal.
Estos son los síntomas principales asociados con el VSR, que sirven como indicadores clave para la identificación temprana de la enfermedad:
- Rinorrea
- Apetito reducido (hiporexia)
- Tos
- Estornudos
- Fiebre
- Sibilancias
Ante la creciente propagación del VSR, se insta a la comunidad a tomar medidas preventivas, especialmente aquellos en contacto cercano con lactantes o personas con sistemas inmunológicos comprometidos. La conciencia y la pronta intervención son clave para mitigar el impacto de este virus respiratorio.
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