En momentos de angustia o susto, es común escuchar consejos populares que sugieren comer un bolillo para aliviar los efectos de la adrenalina en el cuerpo. Sin embargo, ¿realmente el pan tiene el poder de disminuir la secreción gástrica y calmar los nervios? Expertos señalan que esta creencia es un mito arraigado en la cultura popular.
Cuando experimentamos emociones intensas como el miedo o la ira, nuestro cuerpo libera adrenalina, acompañada de un aumento en la producción de ácidos gástricos en el estómago. Esta respuesta fisiológica puede llevar a recomendaciones como la de consumir un bolillo para contrarrestar los efectos del susto.
Contrario a la creencia extendida, los especialistas afirman que no existe evidencia científica que respalde la idea de que el pan, ya sea blanco o un bolillo, tenga propiedades para disminuir la secreción gástrica o recoger la bilis. "Comerte un bolillo para el susto" es una expresión popular en México, pero no tiene fundamento en la realidad biológica.
Según los expertos consultados, la ingesta de pan no tiene ningún impacto significativo en la regulación de los ácidos estomacales ni en la prevención de posibles malestares tras una situación de susto. En este sentido, se destaca que la afirmación de que el consumo de bolillos ayuda a evitar la diabetes es completamente infundada, ya que esta enfermedad no está vinculada a eventos emocionales como el susto.
En resumen, la recomendación de comer un bolillo para calmar el susto carece de base científica. Consumir pan después de una situación estresante no proporcionará beneficios reales para la salud gástrica ni contribuirá a prevenir enfermedades como la diabetes. Es importante cuestionar y desmitificar este tipo de consejos populares, promoviendo una comprensión más informada sobre la relación entre la alimentación y las respuestas emocionales del cuerpo.
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