El Día Mundial del Lavado de Manos, que se conmemora en México cada 15 de octubre, es una oportunidad para que toda la población reconozca la importancia que tiene esta práctica y para que haga conciencia sobre el impacto que tiene en la salud.
Lavarse las manos con agua y jabón es una de las medidas más eficientes para reducir la propagación de microorganismos patógenos, considerando que se pueden adquirir y trasladar muy fácilmente por medio del contacto cotidiano del que muchas veces no somos conscientes.
En las manos viven más de 150 especies de bacterias, algunas de las cuales tienen funciones benéficas para nuestro organismo y habitan ahí sin ocasionar problemas. Sin embargo, también puede haber virus, hongos, parásitos y microbios patógenos que pueden causar enfermedades estomacales, como la diarrea; respiratorias, como la influenza, y ahora con la llegada de la pandemia que aún no hemos superado del todo, Covid-19.
Al respecto, el doctor Conrado Polanco Ortíz, de la empresa Esteripharma, asegura que esta medida sanitaria ha cobrado muchísima importancia debido a la pandemia, y que en general siempre ha sido relevante y necesaria para evitar la propagación de todo tipo de enfermedades.
“La ocasión de este día es perfecta para impulsar una cultura de prevención adoptando hábitos saludables, ya que el lavado de manos es un hábito básico que debemos adoptar para nuestro propio bienestar, pero también para el de nuestro entorno”, asegura.
Cuando el lavado con agua y jabón no es suficiente y necesitamos lograr una desinfección de alto nivel en nuestras manos, el experto recomienda el uso de antisépticos seguros y eficaces, que gracias a su amplio espectron elimina bacterias, hongos y virus pandémicos, como la influenza AH1N13 y múltiples coronavirus al 99.99 por ciento, reduciendo así la propagación de infecciones.
Si bien ningún producto desinfectante sustituye el lavado de manos con agua y jabón, los productos antisépticos son aliados importantes para reforzar y maximizar la higiene, de acuerdo con el especialista.
El lavado de manos con agua y jabón tiene que ser previo a la desinfección y no al revés. Es imprescindible tomarlo en cuenta porque los gérmenes se pueden ocultar por debajo de la suciedad y entonces los antisépticos desinfectantes no funcionarán como se espera.
A pesar del acceso limitado que aún existe en el mundo para poner en práctica el lavado de manos con agua y jabón de manera habitual, datos de UNICEF indican que han habido progresos desde 2015.
Por ejemplo, la población mundial con acceso a la higiene de manos básica en el hogar ha aumentado de cinco mil millones a cinco mil 500, es decir, del 67 al 71 por ciento.
“Compartamos y fomentemos este saludable hábito entre todos, con nuestras familias y amigos, en nuestras comunidades. Todos saldremos beneficiados, no sólo mientras la pandemia por Covid-19 continúe, aunque sí le haya dado más visibilidad a su importancia y se volvió imperativo por las autoridades de salud, es algo que debe permanecer para siempre como parte de nosotros”, puntualizó.
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