Las uñas enterradas o onicocriptosis son una condición común que afecta principalmente a los dedos de los pies, pero también pueden ocurrir en las manos. Este problema ocurre cuando los bordes de la uña crecen hacia la piel circundante, provocando dolor, enrojecimiento e inflamación. Aunque en algunos casos puede parecer un mal menor, si no se trata adecuadamente, las uñas enterradas pueden llevar a complicaciones graves. A continuación, te presentamos 7 riesgos asociados con esta condición y cómo prevenirlas.
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1. Infección bacteriana
Una de las principales preocupaciones de tener una uña enterrada es el riesgo de infección. Cuando la uña perfora la piel, crea una abertura por donde las bacterias pueden ingresar, lo que puede resultar en infección. Los signos incluyen dolor intenso, hinchazón y pus. En casos graves, una infección no tratada puede diseminarse, afectando tejidos más profundos o incluso el hueso, lo que puede requerir tratamiento antibiótico o intervención quirúrgica.
2. Abscesos
La acumulación de pus alrededor de una uña enterrada puede formar un absceso, que es una acumulación de pus causada por una infección localizada. Los abscesos pueden ser dolorosos y, si no se drenan adecuadamente, pueden empeorar la condición, causando más daño a la piel y los tejidos blandos. Es importante no intentar drenar un absceso sin la supervisión de un profesional médico, ya que una mala técnica puede empeorar la infección.
3. Pérdida de la uña
Si una uña enterrada se deja sin tratar durante un largo período de tiempo, el daño a la uña puede ser irreversible. La uña puede caer o, en el peor de los casos, perderse permanentemente. Este riesgo es mayor si la infección o la inflamación es grave y no se interviene a tiempo, lo que puede dejar la zona afectada vulnerable a futuras lesiones.
4. Deformidad de la uña
Una uña enterrada puede afectar la forma de la uña de manera permanente. En casos crónicos o recurrentes, la uña puede crecer de manera anormal, causando deformidades como engrosamiento o curvaturas que dificultan su crecimiento adecuado. Esto puede requerir tratamientos quirúrgicos para corregir la deformidad, y si la causa subyacente no se aborda, el problema puede volver a ocurrir.
5. Dolor crónico
Una uña enterrada no tratada puede causar dolor constante en el área afectada, lo que puede hacer que caminar o incluso usar zapatos sea incómodo. El dolor puede empeorar si la uña sigue presionando la piel o si hay una infección secundaria. En algunos casos, el dolor puede volverse tan intenso que la persona afectada necesita analgésicos para aliviarlo.
6. Complicaciones en personas con diabetes
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones debido a las uñas enterradas. La diabetes puede afectar la circulación sanguínea y la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Las personas con esta condición deben tener especial cuidado con las uñas enterradas, ya que incluso una pequeña infección puede llevar a problemas graves, como la gangrena, si no se trata rápidamente.
7. Impacto en la calidad de vida
Las uñas enterradas pueden afectar la calidad de vida de quienes las padecen. El dolor constante, la dificultad para caminar, el malestar al usar ciertos zapatos y la preocupación por posibles infecciones son solo algunas de las consecuencias. Además, el tratamiento de las uñas enterradas puede ser costoso y requerir atención médica constante, lo que afecta el bienestar general de la persona.
Prevención y tratamiento
La mejor forma de evitar los riesgos asociados con las uñas enterradas es la prevención. Algunas medidas incluyen:
- Corte adecuado de las uñas: Es importante cortar las uñas de los pies de forma recta, evitando cortarlas demasiado cortas o redondearlas en las esquinas.
- Uso de calzado adecuado: Los zapatos demasiado ajustados o de punta estrecha pueden empeorar la condición. Optar por calzado cómodo y que no ejerza presión sobre las uñas es clave para prevenir problemas.
- Higiene y cuidado de los pies: Mantener los pies limpios y secos puede reducir el riesgo de infección. En caso de que una uña enterrada se detecte a tiempo, es importante tratarla con cuidado y, si es necesario, acudir a un profesional de la salud para su manejo adecuado.
Aunque las uñas enterradas pueden parecer un problema menor, los riesgos que conllevan son significativos. El tratamiento temprano es crucial para evitar complicaciones graves, y en muchos casos, una intervención sencilla puede prevenir problemas mayores. Si tienes una uña enterrada o experimentas dolor o inflamación, es recomendable buscar atención médica para evitar que el problema empeore.
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