La leucemia, conocida como el cáncer de las células sanguíneas o cáncer en la sangre, es uno de los tipos de cáncer infantil más comunes. La enfermera pediátrica Guadalupe Cruz Cruz del Instituto Médico del Seguro Social nos describe que este tipo de cáncer comienza en los tejidos que forman la sangre, como la médula ósea, donde se producen glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas, cada uno con funciones específicas:
- Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a combatir las infecciones.
- Los glóbulos rojos transportan oxígeno desde los pulmones a los tejidos y órganos.
- Las plaquetas ayudan a formar coágulos para detener el sangrado.
Cuando una persona desarrolla leucemia, la médula ósea produce una cantidad excesiva de células anormales, principalmente afectando a los glóbulos blancos. Estas células anormales se acumulan en la médula ósea y en la sangre, desplazando a las células sanguíneas sanas y dificultando su función normal.
Cruz Cruz a la vez dice que existen varios tipos de leucemia, entre los cuales destacan cuatro:
Leucemia linfocítica aguda (LLA): Es el tipo de leucemia más común en los niños. Se caracteriza por la producción anormal de linfoblastos, un tipo de glóbulo blanco inmaduro.
Leucemia mieloide aguda (LMA): Ocurre cuando la médula ósea produce mieloblastos anormales, otro tipo de glóbulo blanco inmaduro.
Leucemia linfocítica crónica (LLC): Es menos común en niños y se caracteriza por el crecimiento lento de células anormales en la médula ósea.
Leucemia mieloide crónica (LMC): También poco frecuente en niños, se produce cuando la médula ósea produce un exceso de glóbulos blancos anormales.
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Aunque la leucemia es el cáncer infantil más común, es importante destacar que los subtipos de leucemia mieloide crónica y linfocítica crónica son menos frecuentes en niños que en adultos. Sin embargo, el conocimiento sobre estos tipos de cáncer es esencial para su detección temprana y tratamiento adecuado.