En el complejo entramado de luces y símbolos que iluminan el tablero de un automóvil, las alertas juegan un papel fundamental. Estas señales luminosas y sonoras no solo protegen el motor y otros componentes, sino que también brindan mayor seguridad a los ocupantes al advertir sobre posibles fallos o daños que deben ser atendidos de inmediato.
Conocer el significado de estas alertas es clave para cualquier conductor, ya que pueden indicar tanto problemas preventivos como correctivos. Los colores de las luces siguen la lógica de un semáforo: amarillo para precaución o riesgo, rojo para atención inmediata, y verde para información.
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Entre las luces de alerta más comunes se encuentran:
- Luz de freno de estacionamiento: Indica si el freno de estacionamiento está aplicado o si hay problemas con el líquido de frenos o las pastillas.
- Aceite: Advierte sobre la presión baja de aceite en el motor.
- Líquido refrigerante: Alerta sobre un posible sobrecalentamiento del motor.
- Carga de batería: Indica problemas en el sistema de carga si se enciende con el motor en marcha.
- Sistema ABS: Informa sobre fallas en el sistema antibloqueo de ruedas.
- Mantenimiento o servicio: Avisa cuando es necesario realizar un mantenimiento programado.
- Presión de neumáticos: Monitorea la presión de inflado de los neumáticos para garantizar la seguridad en la conducción.
- Check Engine: Se enciende cuando hay averías en el motor o en el sistema de inyección.
- Control de estabilidad: Alerta sobre problemas en el sistema de control de estabilidad del vehículo.
- Cinturón de seguridad: Se activa cuando el cinturón de seguridad no está puesto.
- Aviso de cambio de carril: Detecta cambios involuntarios en la trayectoria del vehículo para prevenir colisiones.
- Indicador de reserva de combustible: Advierte cuando el nivel de combustible alcanza la reserva.
Ignorar estas alertas puede tener consecuencias graves para la seguridad y el funcionamiento del vehículo. Por lo tanto, es fundamental prestarles atención y actuar en consecuencia para garantizar un viaje seguro y sin contratiempos.
¿Cuándo hay que hacer las revisiones del coche?
Por lo general, se recomienda hacer una revisión cada 15000 kilómetros o una vez al año. Y decimos cada 15000 kilómetros, o una vez al año, porque no tendrán las mismas necesidades un vehículo que hace largos trayectos a diario que otro que es utilizado puntualmente y para desplazamientos cortos.
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