La llegada del Año Nuevo está marcada por diversas tradiciones en todo el mundo, y una de las más singulares es la práctica de comer 12 uvas. Esta costumbre tiene sus orígenes en un ingenioso evento que tuvo lugar en 1909 en la región de Alicante, España.
Según la historia, en ese año, los productores de uvas se encontraron con un excedente significativo de cosecha en la región de Alicante. Para abordar esta situación y estimular la venta de uvas, surgió la idea de promover el consumo de 12 uvas al ritmo de las campanadas de medianoche en Nochevieja. Cada una de estas uvas representaría un deseo para cada mes del próximo año.
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La propuesta fue recibida con entusiasmo y adoptada rápidamente por la población. La simplicidad y la originalidad de la tradición capturaron la imaginación de la gente, convirtiéndose en una práctica arraigada que ha perdurado a lo largo de los años. La idea de asociar cada uva con un deseo para el próximo mes del año capturó la imaginación de la gente y se convirtió en una tradición querida.
La tradición de las 12 uvas ha trascendido las fronteras de España y se ha extendido a muchos otros países de habla hispana. Aunque algunos relatos sugieren que el origen específico de esta práctica puede variar, la esencia de comer uvas al compás de las campanadas se ha mantenido.
En la actualidad, la tradición de las 12 uvas es parte integral de las celebraciones de Año Nuevo en España y en lugares donde se habla español. La ceremonia implica comer una uva con cada campanada del reloj justo al dar la medianoche, simbolizando la esperanza de un año venidero lleno de deseos cumplidos y buena fortuna.