En una entrevista exclusiva, la abogada Luz Díaz de Berriozábal abordó la problemática de la explotación sexual infantil, destacando su naturaleza como una flagrante violación de los Derechos Humanos.
Según la abogada, la explotación sexual infantil ocurre cuando individuos involucran a niños, niñas o adolescentes en actos sexuales a cambio de beneficios como dinero, especias, protección o regalos. Esta práctica, afirmó, es un delito y una compleja cuestión social arraigada en factores culturales que perpetúan la desigualdad y la vulnerabilidad de las víctimas.
El Primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes realizado en Estocolmo en 1996, donde se establecieron desafíos y se pactaron acuerdos para abordar este problema a nivel internacional.
La abogada resaltó que la explotación sexual infantil es una de las formas de violencia más graves, donde los menores son tratados como objetos de consumo, reducidos a mercancías debido a su situación de vulnerabilidad.
En este contexto, Díaz hizo referencia a los resultados de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) del INEGI estiman que, 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes están ocupados en formas de trabajo prohibidas, cifra que representa 11.5% de la población de 5 a 17 años. El trabajo peligroso puede ser aquel en el que los menores están expuestos a abusos de orden físico, psicológico o sexual
La abogada enfatizó que el trabajo infantil, la trata y la explotación sexual son temas que generan profundo malestar en la sociedad, ya que representan una de las injusticias más graves que pueden enfrentar los menores en sus primeros años de vida.
En conmemoración de esta problemática, Díaz abogó por medidas que busquen dar reconocimiento y sensibilizar a la población sobre la importancia de combatir la explotación sexual infantil.
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