En diversos estados de la República Mexicana, un insecto ha capturado la atención tanto de biólogos como de habitantes locales debido a su aspecto peculiar. Conocido como "cara de niño" o "cara de dulce" en algunas regiones, este insecto no es un grillo verdadero, ni mucho menos tiene una cara humana, pero su apariencia y comportamiento lo convierten en una criatura fascinante y desconcertante. En realidad, se trata de una especie de grillo que pertenece al género Stenopelmatus, y aunque su nombre puede inducir a error, su naturaleza es completamente diferente a la de los grillos comunes.
Lee más: Lagarto alicante; una especie endémica de Chiapas
¿Qué es realmente el "Cara de Niño"?
El grillo de Jerusalén, conocido popularmente como cara de niño o cara de dulce, es un insecto nocturno del género Stenopelmatus, originario del Oeste de los Estados Unidos y algunas partes de México. Sin embargo, a pesar de sus nombres comunes, no son verdaderos grillos (que pertenecen a la familia Gryllidae) ni tienen una cara humana como sugiere su nombre. En realidad, son insectos no voladores que se caracterizan por su cuerpo robusto, color oscuro y una apariencia algo inusual.
A menudo confundidos con grillos debido a su morfología, los grillos de Jerusalén (Stenopelmatus fuscus) son más cercanos a los chapulines, y todos ellos pertenecen a la orden Orthoptera. Aunque su nombre puede llevar a pensar en una apariencia más "humana", esta especie utiliza sus fuertes mandíbulas para alimentarse principalmente de materia orgánica muerta, pero también se alimentan de insectos y otros pequeños organismos. Son conocidos por su capacidad para excavar y pasar mucho tiempo bajo tierra, alimentándose de raíces y tubérculos en descomposición, lo que les ayuda a sobrevivir en ambientes húmedos.
Comportamiento y características
A pesar de su nombre, los grillos de Jerusalén no son venenosos. Sin embargo, pueden emitir un olor nauseabundo como defensa cuando se sienten amenazados, y son capaces de infligir una mordedura dolorosa si se sienten acorralados. Afortunadamente, aunque la picadura puede causar algo de dolor y, en casos extremos, alguna pequeña infección, no se trata de una amenaza grave para los humanos.
Los grillos de Jerusalén también son conocidos por su canto nocturno, aunque no es tan fuerte ni tan notorio como el de otros grillos comunes. Este ligero ruido se produce por el frotamiento de las patas traseras contra el vientre, una característica compartida con otros insectos del mismo orden. El sonido tiene como objetivo atraer a las hembras durante la temporada de apareamiento, y aunque puede ser difícil de escuchar para el oído humano, es un elemento importante para su reproducción.
El Impacto de los grillos de Jerusalén en el ecosistema
Aunque los grillos de Jerusalén no son considerados una plaga peligrosa para los humanos, su presencia puede tener impactos ecológicos, especialmente en los ecosistemas donde se establecen. Al excavar en busca de su alimento, estos insectos pueden alterar el suelo y dañar las raíces de las plantas. Esto puede tener efectos negativos en la vegetación local, particularmente en las zonas donde habitan cultivos agrícolas. Además, al ser una especie no nativa de muchas de las regiones en las que han sido encontrados, los grillos de Jerusalén pueden competir con especies locales de insectos por recursos y hábitats.
¿Por qué se les llama "Cara de Niño"?
El nombre "cara de niño" proviene de la peculiar apariencia de estos insectos. Aunque no tienen un rostro humano, la forma de su cabeza y los detalles en su morfología pueden dar la impresión de que tienen una "cara" extraña, lo que genera la confusión con los seres humanos. Este nombre ha sido adoptado en varios estados de México, donde se les ha otorgado popularidad debido a su aspecto inusual.
Un misterio natural fascinante
El grillo de Jerusalén o cara de niño es un recordatorio de la diversidad biológica de la naturaleza y cómo algunas especies pueden sorprendernos con sus características únicas y adaptaciones. Aunque su nombre sugiere un misterio que no se corresponde con la realidad, este insecto sigue siendo una pieza fascinante de los ecosistemas en los que habita. A pesar de ser un insecto nocturno y no venenoso, su capacidad de excavar y su canto tenue lo convierten en una criatura intrigante para los estudiosos y curiosos de la fauna.
Si bien los grillos de Jerusalén no representan una amenaza significativa para los seres humanos, sí destacan por su rol dentro del ecosistema, mostrando cómo las especies pueden adaptarse y prosperar en ambientes que parecen poco propicios para ellas.
¡Agréganos al WhatsApp y entérate de todas las noticias que pasan en tu Estado y más ⬇️