En un estudio revelador publicado el viernes 10 de noviembre en la revista científica European Heart Journal (EHJ), se destaca la alarmante conexión entre el comportamiento sedentario y los riesgos para la salud cardiovascular. La investigación pone de manifiesto que pasar largos periodos sentado es una de las actividades más perjudiciales para el corazón y sugiere que pequeños cambios en la rutina diaria pueden marcar una gran diferencia.
En promedio, las personas pasan 10.4 horas al día sentadas, una cifra preocupante que se traduce en riesgos significativos para la salud cardiovascular. El estudio también revela que, aunque el sueño promedio es de 7.7 horas, esta actividad, cuando reemplaza el tiempo destinado a la actividad física de intensidad ligera (LIPA) o actividad física moderada vigorosa (AFMV), puede tener asociaciones perjudiciales.
La investigación indica que estar de pie durante largos periodos se asocia con beneficios para la salud, mientras que la sustitución del comportamiento sedentario, especialmente el estar sentado, con actividades físicas de moderada a intensa, tiene impactos positivos notables. Una mayor proporción de AFMV y una menor proporción de actividad sedentaria se vinculan con índices más bajos de masa corporal, menor circunferencia de cintura y niveles más bajos de colesterol, triglicéridos y hemoglobina glucosilada.
Especialistas indican "reemplazar el estar sentado con cualquier otra actividad, incluso pequeños cambios, puede sumar una gran mejora en la salud cardiovascular". Además, destaca que la intensidad de la actividad física desempeña un papel crucial en el cuidado del corazón.
Los resultados subrayan la importancia de adoptar un enfoque holístico para la salud cardiovascular, incluyendo la promoción de cambios en el comportamiento sedentario y la incorporación de actividad física regular en la rutina diaria. La clave está en mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a estar sentado, de pie y en movimiento, junto con una buena rutina de sueño.
En resumen, este estudio destaca la necesidad urgente de replantear nuestras prácticas diarias, enfocándonos en reducir el tiempo sedentario y fomentando un estilo de vida más activo para salvaguardar la salud cardiovascular a largo plazo.