Los bosques tropicales, con su vasta riqueza natural y diversidad ecológica, juegan un papel crucial en el equilibrio del planeta. Estos ecosistemas no solo producen oxígeno esencial para la vida, sino que también permiten la filtración del agua de lluvia al subsuelo, recargando así los mantos acuíferos y manteniendo fértiles los suelos gracias a la producción de materia orgánica. Además, son el hogar de una multitud de especies animales y vegetales, y proporcionan materias primas vitales como madera, resinas y componentes para la fabricación de medicamentos.
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Cubriendo aproximadamente el 15% de la superficie terrestre y albergando cerca del 25% del carbono de la biósfera, los bosques tropicales son esenciales para la regulación del clima y la captura de dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero.
En México, estos bosques abarcan 31 millones de hectáreas, distribuyéndose principalmente a lo largo de la vertiente atlántica, desde el sur de San Luis Potosí, pasando por Veracruz, hasta Tabasco, y en el sur de la Península de Yucatán. También se encuentran en una estrecha franja de la vertiente pacífica de la Sierra Madre de Chiapas y en áreas más pequeñas en las faldas bajas de la Sierra Madre del Sur en Oaxaca y Guerrero, generalmente por debajo de los 1,200 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, estos vitales ecosistemas enfrentan una grave amenaza; la deforestación, la tala ilegal, las presiones económicas y el crecimiento poblacional han intensificado el uso de la tierra, llevándola a niveles insostenibles y destructivos. La explotación forestal desmedida y la conversión masiva de tierras forestales para la agricultura y la ganadería están causando daños irreparables al ecosistema.
Los bosques tropicales sostienen una rica biodiversidad, albergando individuos, comunidades, poblaciones y especies de animales, plantas, hongos, bacterias e incluso genes, y sus interacciones. Además, están interconectados con ecosistemas acuáticos, tanto ríos (lóticos) como lagos y lagunas (lénticos), con sus aguas superficiales y subterráneas. Este entorno complejo y diverso es esencial para el desarrollo de procesos evolutivos naturales, subrayando aún más la importancia de proteger y conservar estos bosques.
¿Qué tipo de selva hay en Chiapas?
La Selva Lacandona, situada en el estado de Chiapas, es una región clave para México, ya que es la selva tropical húmeda con mayor biodiversidad del país. En ella se encuentra el 15% de las plantas, el 33% de las especies de aves, el 11% de los anfibios y reptiles, el 25% de los mamíferos, el 40% de las mariposas diurnas y el 13% de los peces de agua dulce de México.