La salamandrea común, conocida popularmente como Salamanquesa, es un pequeño reptil que ha ganado popularidad por sus características singulares y su importante papel en el ecosistema. Aunque es un animal que pasa desapercibido para muchos, su presencia en las viviendas y en los entornos naturales es de gran relevancia para el control de plagas y el equilibrio ecológico.
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¿Qué es la salamanquesa?
La salamanquesa, cuyo nombre científico es Tarentola mauritanica, es un reptil de la familia Phyllodactylidae que se encuentra en varias partes de México, especialmente en áreas tropicales como Oaxaca y Chiapas. Este pequeño animal nocturno mide entre 15 y 20 centímetros y se caracteriza por su piel rugosa de color gris o marrón, lo que le permite mimetizarse con el entorno. Su capacidad para escalar superficies verticales y su dieta insectívora la convierten en una aliada natural contra plagas como mosquitos, moth, y otros insectos molestos para los humanos.
Un beneficio natural en las viviendas
La salamanquesa es comúnmente vista en paredes y techos de casas, especialmente en zonas rurales y suburbanas. Su habilidad para treparse y recorrer superficies de manera ágil la convierte en un aliado eficaz para controlar la población de insectos nocturnos. Aunque su presencia puede parecer inquietante para algunas personas, la salamanquesa es completamente inofensiva y no representa un peligro para los humanos, ya que se alimenta de insectos pequeños y no tiene veneno.
Un enemigo natural de las lagas
El comportamiento de caza de la salamanquesa es notable. Durante la noche, estas criaturas se acercan a las luces externas de las casas, atraídas por los insectos que se congregan en ellas. Su capacidad para comer una gran cantidad de insectos en poco tiempo la convierte en una solución natural y efectiva contra los mosquitos y otros insectos que suelen causar molestias en los hogares.
¿Por qué deberíamos protegerlas?
Aunque la salamanquesa no está en peligro de extinción, su población podría verse afectada por la pérdida de su hábitat natural debido al crecimiento urbano y la destrucción de espacios naturales. La contaminación lumínica, por ejemplo, puede afectar la cantidad de insectos disponibles para su alimentación, lo que podría tener consecuencias en su capacidad para sobrevivir.
Los especialistas en fauna local sugieren que, aunque muchas personas no comprendan el valor de este pequeño reptil, la salamanquesa es un indicador de un ambiente saludable y equilibrado. Además, su rol como controladora natural de insectos la convierte en una especie beneficiosa para la agricultura y la vida en las ciudades.
Un amigo silencioso del ecosistema
La salamanquesa, aunque a menudo ignorada, es un componente vital del ecosistema local. Su capacidad para controlar plagas de manera natural no solo beneficia a las viviendas, sino que también ayuda a preservar la biodiversidad en áreas urbanas y rurales. Si bien su presencia puede causar incomodidad en algunos, la salamanquesa es, sin lugar a dudas, una aliada que merece ser apreciada por su contribución a un entorno más saludable y equilibrado.
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