El 20 de febrero es el Día Mundial del Gato, fecha importante para los amantes de estos animales, sin embargo, existen otras fechas dedicadas a los mininos en distintas partes del mundo. Por ejemplo, en Estados Unidos el día nacional del gato es el 29 de octubre, y en Japón se festeja el 22 de febrero.
Estos días no solo son una excusa para homenajear a nuestros michis, sino que también se busca crear conciencia sobre su bienestar y protección. Los gatos son animales fascinantes y compañeros leales, pero también requieren cuidados y atención. Por eso, es importante recordar que debemos tratarlos con respeto y responsabilidad.
El origen de esta celebración nació por iniciativa de los seguidores de un gato muy influyente llamado Socks, era el gato del entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, vivió en la Casablanca desde 1993 y se colaba en los actos públicos del presidente, alcanzando una gran popularidad tanto en EEUU como en el resto del mundo.
Desafortunadamente a Socks le diagnosticaron cáncer y sus dueños decidieron darle la eutanasia el 20 de febrero de 2009 y así es como nace esta celebración, teniendo como objetivo el rendir homenaje a estos maravillosos animales de compañía y promover campañas de adopción para proporcionar un hogar a los animales callejeros.
Los gatos también celebran su día el 8 de agosto y el 29 de octubre
El 20 de febrero no es el único día en el que se le rinde homenaje a estos bellos e hipnóticos animales, también es el Día del Gato el 8 de agosto por coincidir con la época de mayor fertilidad en el hemisferio norte, fue el Fondo Internacional para el Bienestar Animal quien lo consolidó como fecha en el calendario.
Y, por si fuera poco, el 29 de octubre se celebra en EEUU el Día Nacional del Gato a propuesta de Colleen Paige, una experta en el comportamiento de los gatos, que quiso generar conciencia en la población, sobre la cantidad de gatos abandonados por las calles de las ciudades.
Sea en la fecha que sea el Día Internacional del Gato, lo cierto es que a pesar de la cierta fama de esquivos que se han labrado, es muy difícil resistirse al encanto natural de un gato, ya sea por su tranquilidad, por sus ganas de juguetear o por su envidiable independencia.