Para las personas proclives a los diferentes tipos de dolor de cabeza, como las migrañas o las cefaleas el verano puede convertirse en su peor enemigo si no se adoptan una serie de medidas preventivas.
El calor, los cambios de horarios de actividad, la exposición prolongada al sol o el consumo de determinados alimentos son algunos de esos factores que pueden causar más dolor de cabeza y de mayor intensidad.
Aquí te mencionamos algunos consejos para evitarlo:
Calor: Muchos de los dolores de cabeza se producen por un mecanismo de vasodilatación, es decir, que los vasos sanguíneos aumentan de diámetro. Y las temperaturas elevadas tiene precisamente este efecto, además de plantear otros problemas. Resguardarse del calor es, por tanto, una de las medidas preventivas más importantes. Y para ello hay que seguir distintas recomendaciones:
- Mantener la casa fresca: se puede hacer bajando las persianas y dejando la casa en penumbra, especialmente durante las horas de mayor insolación. Mejor utilizar un ventilador que el aire acondicionado para refrescarse. Esto último es especialmente recomendable para dormir durante las noches muy calurosas.
- Cambios bruscos de temperatura: hay que evitarlos, aunque en muchas ocasiones puede resultar difícil ante la necesidad de entrar en locales climatizados. El paso del calor intenso al frío del aire condicionado y viceversa puede estimular el dolor de cabeza.
- Protegerse del sol: utilizar gorras o sombreros, además de ropa ancha y de colores claros, ya que los oscuros producen una mayor concentración del calor. Al salir a la calle es importante procurar evitarlo a las horas de más calor y siempre ir el mayor tiempo posible por zonas de sombra.
Hidratación: Una correcta hidratación, bebiendo unos 2,5 litros al día (muchas veces y en pequeñas cantidades), es fundamental. Entre los primeros síntomas de una insolación o deshidratación destaca el dolor de cabeza.
Descanso: En verano, y especialmente durante las vacaciones, se tiende a cambiar los horarios habituales, trasnochando más de lo habitual y pasando mucho tiempo en la playa o la piscina, o de turismo. Es aconsejable mantener los horarios de todo el año, dormir las horas necesarias y, si es necesario, echar una pequeña siesta (10-15 minutos) sentados en un sillón o en el sofá. El practicar algún tipo de actividad física también ayuda a descansar mejor.
Alimentación: El consumo de alimentos frescos (ensaladas, gazpachos, frutas, etc.) es una buena forma de combatir el calor y evitar la deshidratación. Pero en lo que se refiere al dolor de cabeza, también es importante eliminar de la dieta aquellos alimentos que contienen nitratos (embutidos, salchichas etc.), o tiramina (algunos frutos secos, chocolate o queso), o glutamato monosódico (un aditivo muy habitual en determinados alimentos envasados o precocinados que se identifica con el código E-621).
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