La chicatana, un manjar autóctono de Chiapas, ha cautivado los paladares locales y se está ganando un lugar en la escena gastronómica internacional. Este insecto comestible, una especie de hormiga alada, es apreciado por su sabor único y su aporte cultural. Aquí presentamos tres formas tradicionales de preparar la chicatana, resaltando su versatilidad en la cocina chiapaneca.
1. Chicatana en Salsa de Chile Seco:
Una de las preparaciones más populares de la chicatana es cocinarlas en una salsa de chile seco. Para esta receta, las chicatanas se tuestan ligeramente y luego se cocinan en una salsa hecha de chiles secos, tomate, ajo y cebolla. El resultado es un plato con un equilibrio perfecto entre lo picante de los chiles y lo crujiente de las chicatanas, que se sirve tradicionalmente con tortillas calientes.
2. Tamales de Chicatana:
Los tamales son un alimento básico en la cocina chiapaneca, y la chicatana se convierte en un ingrediente estrella en esta variante. Para preparar estos tamales, las chicatanas se mezclan con masa de maíz sazonada con achiote y se envuelven en hojas de plátano para luego ser cocidos al vapor. El resultado es un bocado delicioso que combina la suavidad de la masa con el sabor único de las chicatanas.
3. Chicatana en Escabeche:
El escabeche es una técnica de conservación que se utiliza ampliamente en la cocina mexicana, y las chicatanas no son una excepción. Para preparar chicatana en escabeche, se cuecen las hormigas en una mezcla de vinagre, agua, especias y hierbas aromáticas. Este plato se sirve frío como acompañamiento o como botana, y su sabor ácido y especiado lo hace perfecto para abrir el apetito.
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La chicatana, con su sabor único y su importancia cultural, sigue siendo un tesoro culinario en Chiapas. Estas tres formas tradicionales de prepararla demuestran la versatilidad de este ingrediente y su capacidad para deleitar a los comensales más exigentes.
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