Durante la temporada de lluvias, es común preguntarse cuál es la forma correcta de referirse a la lluvia fina y casi imperceptible: ¿“chispear” o “lloviznar”? Ambos términos son correctos, pero tienen significados distintos, según la Real Academia Española (RAE).
¿Qué significa cada término?
“Chispear” se utiliza para describir la caída de gotas aisladas de lluvia, que son menudas y escasas. Derivado del sustantivo “chispa”, este término hace referencia a una precipitación intermitente y en poca cantidad. El “chispeo” es tan ligero que a menudo no deja rastro en el suelo y puede pasar desapercibido.
“Lloviznar”, por otro lado, se refiere a una precipitación de gotas pequeñas, generalmente menores de 0,5 mm de diámetro. Aunque las gotas siguen siendo menudas, la “llovizna” puede ser más continua y extensa que el “chispeo”. Se caracteriza por su caída suave y constante, sin formar charcos ni mojar significativamente. Las gotas parecen flotar en el aire en lugar de caer con fuerza.
Diferencias entre chispear o llovizna
- Llovizna: Se distingue por su continuidad y finura, y puede involucrar una mayor cantidad de agua.
- Chispeo: Se caracteriza por su intermitencia y escasez de gotas.
A pesar de estas diferencias, la RAE considera que “chispear” y “lloviznar” son sinónimos y pueden usarse indistintamente, junto con otros términos como “gotear” o “pintear”.
Además, el uso de “chispear” y “lloviznar” puede variar según la región. En lugares como España y Chile, es común utilizar “chispear”, mientras que en México y Argentina se prefiere “lloviznar”.
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