Los huracanes son los fenómenos atmosféricos más violentos de nuestra naturaleza, son parte de la familia de los ciclones tropicales, estos se puede clasificar en Depresión Tropical, Tormenta Tropical y Huracán.
Si los vientos del ciclón tropical no superan los 60 kilometros por hora se conoce como depresión tropical, a esta se le asignan números en secuencia para su indentificación.
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Si el sistema cobra fuerza, se conoce como tormenta tropical, al alcanzar esta categoría, se le asigna un nombre para identificarla el cual permanece por el resto de la vida de ese ciclón y cuando los vientos alcanzan 119 kilometros por hora o más, y se observa un centro definido u ojo, entonces se sabe que se ha formado un huracan.
La decisión de utilizar nombres para "bautizar" a tormentas tropicales y huracanes es una costumbre de varios siglos atrás, antes, antes, eran bautizados con el nombre del santo patrono del día en que ocurrían, esto para evitar confusiones y facilitar la dilvulgación de alertas.
El listado de nombres para los ciclones tropicales del Atlántico fue creado en 1953 por el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, por sus siglas en inglés) y se ha utilizado como estándar para las listas de otras regiones del mundo, dichas listas son mantenidas y actualizadas por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia de Naciones Unidas con sede en Ginebra, Suiza.
De este modo, los nombres de huracanes se organizan cada año en orden alfabético, alternando nombres masculinos y femeninos, estos nombres son diferentes para cada región.
Los comités regionales de la OMM se reúnen anualmente para decidir cuáles nombres de tormentas del año anterior deben ser "congelados" por haber causado un impacto particularmente devastador.