La medicina moderna ha incrementado la esperanza de vida para todos y está en constante actualización debido a que se combate día con día las diferentes enfermedades que surgen con el paso del tiempo y así que la humanidad obtenga una mejor calidad de vida, tener una esperanza de vida, una vida larga o tener una esperanza en la conservación de la humanidad.
Pero qué pasa cuando tenemos una enfermedad mortal y dolorosa y es ahí cuando la persona decide dejar de vivir y no pasar el proceso doloroso en la lucha con la enfermedad; cuando hablamos de personas que deciden dejar de vivir se nos puede venir en automático la opción del suicidio y generalizo porque hay muchas maneras de obtenerlo.
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En México la eutanasia, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como aquella “acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente” no es legal pero se cuenta con la Ley de Voluntad Anticipada la cual se creo para permitir a enfermos terminales decidir si continuar o no con tratamientos que prolonguen su vida siendo la Ciudad de México como la primer entidad de la nación en aprobar la Ley de Voluntad Anticipada en enero de 2008; las entidades que cuentan con esta regulación son: Ciudad de México, Coahuila, Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero, Nayarit, Estado de México, Colima, Oaxaca, Yucatán y Tlaxcala. En el resto del país no es legal.
La voluntad anticipada puede ser entendida como “la decisión que toma una persona de ser sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal y por razones médicas, sea imposible mantenerla de forma natural, protegiendo en todo momento la dignidad de la persona” (Art. 1 de la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal).
Es importante aclarar que voluntad anticipada no es lo mismo que eutanasia. La voluntad anticipada regula la ortotanasia; es decir, la actuación correcta ante la muerte por parte de quienes atienden al que sufre una enfermedad incurable o en fase terminal así que tengamos en cuenta que la legislación no permite la eutanasia o acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente.