El Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes para los mexicanos, dedicada a honrar a los seres queridos que ya no están. Esta festividad se lleva a cabo el 1 y 2 de noviembre, con el primer día reservado para los "angelitos" (niños fallecidos) y el segundo para los adultos. Sin embargo, surge una duda común: ¿estos dos días son oficialmente de asueto, y cómo se pagan si se trabaja?
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De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, ni el 1 ni el 2 de noviembre son considerados días de descanso obligatorio. Esto significa que, en términos laborales, ambas fechas son laborales y, por lo tanto, no se otorga ningún pago adicional si se trabaja en estos días. Las actividades en los centros de trabajo deben desarrollarse con normalidad y bajo las condiciones regulares de pago.
¿Habrá clases el 1 y 2 de noviembre?
En algunos ciclos escolares anteriores, el 2 de noviembre se había considerado un día no laborable para los estudiantes, permitiendo a las familias pasar tiempo juntos y celebrar esta importante tradición. Sin embargo, en el ciclo escolar actual, la situación es diferente. El 2 de noviembre caerá en sábado, que es un día ya considerado de descanso en el calendario escolar de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Por lo tanto, no habrá necesidad de suspender clases.
En cuanto al 1 de noviembre, este será un día normal de clases, según lo establecido en el calendario escolar de la SEP. Aunque algunos padres de familia esperaban un posible "puente" largo para disfrutar de las festividades, la SEP ha confirmado que los estudiantes deberán asistir a clases ese día. No obstante, algunas escuelas, especialmente en el turno vespertino, podrían ajustar sus horarios, lo que dependerá de la organización de cada institución.
¿El Día de Muertos está considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad?
El Día de Muertos es una celebración profundamente arraigada en la cultura mexicana, tanto que, en 2008, la UNESCO la incluyó en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta distinción reconoce la importancia de preservar y transmitir las tradiciones vinculadas a esta festividad, que involucran altares, ofrendas y visitas a los cementerios.
Si bien el 1 y 2 de noviembre no son días oficiales de descanso según la ley, muchas empresas permiten a sus empleados tomarse estos días para honrar a sus difuntos, una muestra de la relevancia cultural y emocional que esta celebración tiene en México.
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