La vida de un campeón sin corona

Luis Eduardo González Castañón trabaja vendiendo arroz con leche y aguas fresca en frente del Mercado del Norte, de la venta ayuda a su familia para los gastos y paga su colegiatura para entrenar Taekwondo

Jorge Alfaro

  · martes 30 de abril de 2019

Luis Eduardo González Castañón se levanta a la cinco de la mañana para poner su puesto de venta afuera de su casa./ Fotos Jorge Alfaro.

En la vida de cualquier deportista se esconden secretos que pocas personas conocen, mientras que otros han sido testigos de cómo estos han escalado rumbo al éxito, a pesar que han tenido que sortear dificultades, las cuales estuvieron a nada de derrumbar sus sueños.

Los atletas de alto rendimiento muchas veces tienen que hacer sacrificios para sobresalir en su respectiva disciplina, gracias a esas hazañas éstos son recordados como héroes para toda la posteridad.

Sus vivencias sirven como ejemplo para otros individuos, quienes ven una esperanza en ellos y son una fuente de inspiración para que otros puedan salir adelante, para no dejarse vencer por los obstáculos que el mismo destino te pone de frente.


LA HISTORIA

Hoy El Heraldo de Chiapas contará la historia de Luis Eduardo González Castañón, un joven que a su corta edad es un ejemplo a seguir, que nos enseña diariamente las ganas que tiene por sobresalir por sus propios medios y convertirse en un hombre exitoso.

En una vivienda humilde ubicada en frente del Mercado del Norte se encuentra el hogar de nuestro seleccionado chiapaneco, quien diariamente se levanta a las cinco de la mañana junto a su madre, a quien le ayuda a preparar el arroz con leche; bebida que vende en un puestecito que instala sobre la banqueta; los locatarios de la zona adquieren su producto, la ganancia obtenidas sirve para solventar los gastos de la casa, y para que a sus hermanos no les falte nada de comer.

La vida de este arte marcialista no ha sido nada sencillo, ya que desde muy chico se quedó solo con su señora madre, quien le ha enseñado todo lo referente al comercio; además a cómo ganarse el pan de cada día, para que en un futuro él pueda valerse por su propia cuenta.



LOS VIAJES

González Castañón dijo que sus ventas le sirven para pagar sus clases de taekwondo y sus viajes para participar en otros estados del país, pues ha merecido ya la fortuna de representar a Chiapas en competencias nacionales, por lo que aseguró que su primera meta deportiva ha sido cumplida.

Después de su primera jornada del día, Luis Eduardo se prepara para asistir a la Escuela Secundaria José María Luis Mora, institución a la que asiste diariamente para continuar con sus estudios y algún día convertirse en un profesionista.

Al salir de la escuela, nuestro amigo regresa a su hogar para comer y, posteriormente, alistarse para preparar aguas frescas y así continuar con sus labores de comerciante, en su segundo turno se encarga de cobrar en cada uno de los puestos que los clientes pidieron su arroz con leche de la mañana.



LA NIÑERA

Como buen hijo, González Castañón cuida a sus hermanos cada vez que su señora madre sale a comprar los insumos que le servirán para preparar la venta del día siguiente. El atleta por las tardes asiste al dojan Kumtatz para entrenar bajo la supervisión de su entrenador Alfredo Mayorga, quién aseguró que “Júnior”, como también es conocido en la escuela, puede llegar muy lejos en este deporte, siempre y cuando sea disciplinado.

Por último, uno de sus sueños que desea cumplir es poder representar a México en un evento internacional, y aclaró que participar en unos Juegos Olímpicos sería fabuloso, ya que representa la meta de cualquier deportista


Luis Eduardo González participó por primera vez en el proceso de la Olimpiada Nacional 2019, competencia que quedó fuera al perder con un atleta de Yucatán

7 De la noche entrena en el dojan Kumatz, se reúne con sus compañeros

5 De la mañana se levanta diariamente para instalar su puesto