Tal vez si sus padres no le hubiesen comprado una bicicleta a los tres años de edad (que aún conserva), ahorita Gerardo Ulloa no estaría a unas centésimas de clasificar a sus primeros Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
El destino lo condujo a la pedaleada, a las competencias, y desde esa edad supo lo que era ganar, sin saber todavía lo que significaba ser un líder.
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“Recuerdo muy poco, ya que son mis padres María y Gerardo quienes me lo señalan continuamente, lo que sí, es que desde que tengo memoria he estado arriba de una bicicleta, de la cual ahora tengo más necesidad de ganar, porque mi aspiración es dejar un gran legado para mi país”.
El camino que ha recorrido a través de las montañas, lo ha hecho crecer, superar obstáculos, vencer los miedos, además de divertirse como si fuera niño.
“En cada competencia preparo primero mis estrategias, checo las rutas y veo a los rivales, a quienes admiro. Posteriormente me enfoco al objetivo que es la meta. Solamente así se van derribando barreras. Pero siempre he tenido confianza en lo que hago, eso me ha ayudado mucho”.
En su etapa juvenil todo era hobbie, cotorreo con los amigos. Fue a los 16 años, al participar en un Mundial en Sudáfrica, que se dio cuenta de que era un privilegiado, que podía dar más en el deporte, en su especialidad que es el ciclismo de montaña, aunque también le entra a pista y ruta.
“No hay magia sino mucho entrenamiento. Rodaba en Guadalajara en el bosque de La Primavera y El Centinela antes de partir a Europa. Ahí comenzaba imaginarme en grandes competencias internacionales, de pelear contra los mejores. Era una lucha constante de querer viajar y conocer a otros pedalistas, entonces se me dio la oportunidad y seguí cosechando triunfos porque tomé las cosas con seguridad y mayor profesionalismo”.
Con esa mentalidad llegó a los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud, celebrados en Nanjing 2014, ganando el primer lugar en cross country.
“Recuerdo esa parte de mis primeros olímpicos. Creo que desde ese momento la vida me sonríe, porque además se sufre cuando algo sale mal. Pero siempre me han gustado los retos y he superado muchas situaciones. No me arrepiento de nada, solamente deseo seguir pedaleando”.
Ganador de Juegos Centroamericanos y Panamericanos, ha viajado en algunas partes del mundo, cosa que solamente el deporte se lo supo dar.
“Me da gusto que me consideren dentro de los mejores, pero no soy un líder, esto lo hago porque me gusta, si debo dejar un legado, deseo comenzar con mi familia, tengo otros tres hermanos menores a quienes les digo que luchen por sus sueños, como lo estoy haciendo en el ciclismo, que nad es imposible cuando te fijas metas cortas y que vas cumpliendo poco apoco”, manifestó el guanajuatense quien espera cumplir sus sueños en estos proximos Juegos Olímpicos de Tokio, en los que debe hacer un gran papel para poder acceder al podio..