San Pedro Garza García.- Los colores albiazules y auriazules se repelen, tienen prohibido mezclarse, pero antes de decidir a las campeonas, rayadas y felinas convivieron sanamente. El Clásico Regio en su versión femenil, divide a la ciudad como hace 6 meses lo hicieron los varones.
Héctor Becerra y Osvaldo Batocletti dieron el ejemplo al darse las manos, abrazarse e incluso bromear sobre el juego que viene.
A la reunión regiomontana femenil se agregaron las jugadoras rayadas Desiree Monsiváis, Mariana Cadena, Rebeca Bernal y Dinora Garza, las albiazules atendieron felices a los medios de comunicación. Los reflectores las motivaron.
Tigres no se quedó atrás y lideradas por Nayeli Rangel, también aparecieron el salón.Carolina Jaramillo, Liliana Mercado y Nancy Antonio acompañaron a la experimentada seleccionada nacional.
Los entrenadores de ambas escuadras Tito y Bato escucharon atentos las palabras de sus dirigidas. Todas las jugadoras hablaron de querer el título, pero también de respeto a sus compañeras de profesión.
BECERRA Y BATOCLETTI ELOGIARON A SUS JUGADORAS
San Pedro Garza García.- A la final llegaron los mejores planteles, las instituciones más preocupadas por su categoría femenil. Héctor Becerra y Osvaldo Batocletti se elogiaron mutuamente, pero también mostraron sus deseos por ser los mejores. Rayadas y Tigres van en busca del título rosa.
“Llegar a una final es un gran logro para las muchachas. Están emocionadas, yo también, pero sabemos que Tigres tiene grandes jugadoras y no será fácil”, expresó el técnico.
Bato fue cauto, él sabe que las albiazules también “tienen un gran plantel, nadie se puede confiar”.
Osvaldo espera que la final regia sea un “parte aguas para que la liga femenil crezca, muchos directivos pensaron que esto sería flor de un día, pero no, entonces creo que ya les cayó el veinte al resto de los equipos”, dijo el legendario felino.
Si los demás equipos quieren estar a la altura de las regiomontanas, tienen que “preocuparse de armar buenos equipos, hacer una liga más competitiva”, sugirió el domador auriazul.
