Recientemente, el nombre de Jaguares de Chiapas ha vuelto a sonar entre los medios de comunicación, generando expectativas sobre su posible regreso al fútbol mexicano. Sin embargo, a pesar del entusiasmo que esto pueda generar, las posibilidades de que este retorno se concrete son mínimas.
La franquicia de Jaguares de Chiapas fue congelada en 2017 debido a una serie de deudas acumuladas, principalmente con jugadores y empleados del equipo. Esta situación llevó a que, tras su descenso deportivo, la Federación Mexicana de Fútbol decidiera liquidar las deudas y congelar la franquicia, impidiendo su participación en la Liga de Ascenso MX.
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En aquel entonces, el dueño del equipo era Hugo López Chargoy, quien había adquirido la franquicia en 2013, cuando esta se mudó a Querétaro y cambió su nombre a Chiapas Futbol Club. Tras los problemas financieros, la franquicia de Jaguares quedó bajo resguardo de la FMF, a la espera de un posible comprador. No obstante, adquirir esta franquicia representaría un costo considerable, ya que en 2017, los directivos de la Liga MX señalaron que cualquier interesado debería hacerse cargo del total de las deudas acumuladas.
Además de los desafíos económicos, otro obstáculo para el regreso de Jaguares de Chiapas es la falta de capital en la región. Aunque existe una sólida base de aficionados, la carencia de inversionistas siempre ha sido un problema para los equipos de fútbol en Chiapas.
Por tanto, a pesar del deseo de la afición chiapaneca y del fútbol mexicano en general de ver el retorno de Jaguares de Chiapas, la realidad indica que esta posibilidad es extremadamente difícil. La opción más viable sería que un equipo nuevo, con un nombre diferente, aproveche la plaza en Chiapas para competir en el ámbito futbolístico nacional.