Desde el siglo XIX entre las montañas de Chiapas se documentó la salida de jóvenes tsotsiles vestidos de rojo, montados a caballo, portando un paño en la cabeza, motivados por una promesa encaminada principalmente a las buenas cosechas de maíz
Tres veces al año, en la víspera de las fiestas patronales de San Sebastián (19 de enero); San Pedro Mártir (28 de abril) y San Bartolomé Apóstol (23 de agosto), se realiza en el pequeño municipio de Venustiano Carranza, en el centro de Chiapas, la representación teatral de Los Carrerantes llamada en tsotsil “Ch´ul A´nil”.
Se trata, por su simbolismo y su exuberante ritualidad, una de las manifestaciones culturales más apreciadas por los pobladores también llamados "totikes" en lengua tsotsil quien mediante un ritual celebran a San Sebastián.
Primero realizan un festejo pequeño que es en honor a San Sebastián, donde posteriormente hombres vestidos con trajes rojos y montados a caballo realizan una serie de carreras.
Al amanecer de la víspera del santo festejado, los jinetes recorren, ordenados en dos filas, las principales calles de Carranza. En ese recorrido la caballería es encabezada por el jinete Larinero quien se encarga de ejecutar a intervalos de tiempo el Ch´ul Larin (Sagrado Clarín), instrumento bélico que anuncia la guerra.
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Al llegar a los barrios tradicionales de San Pedro Mártir y San Sebastián, Los Carrerantes se lanzan en pareja, montados en su caballo a todo golpe, por las calles ante la mirada atenta de los espectadores.
Al concluir las carreras, se lleva a cabo el banquete ritual en que toman parte los cabalgantes, así como los ancianos sabios del pueblo llamados localmente Principales. Posteriormente se ejecuta una danza ceremonial acompañada con música de tambor y flauta.
El traje rojo es vistoso, hecho en telar de cintura, costoso, aunque también se renta; tiene un significado especial, ya que representa el color de la sangre que se derramo durante la conquista y el martirio de algunos santos que se veneran hoy día, es un orgullo portarlo; jóvenes desde los 15 a los 35 años de edad participan y las mujeres son quienes llevan la comida a Los Carrerantes.
Los Carrerantes, expresa claramente una connotación bélica. El Ch´ul Larín anuncia la batalla, el sonido de los cascabeles de los caballos, la explosión desbordante de la pólvora, los sones de guerra que ejecutan los músicos tradicionales con las trompetas, el tambor y la flauta.