¿Cómo puede ser la mirada de una mujer cineasta a Centroamérica? Esa es la pregunta que motivó en esta ocasión la realización del Segundo Festival de cine Documental Centroamericano: Chiapasfilmfest, que realizamos en Comitán.
Por ello nos dimos a la tarea de invitar y recibir propuestas de creadoras y documentalistas que viven y crean en el entorno de lo que es esta región del mundo, la cintura de América decía Neruda; o que hacen referencia a éste, más que espacio geográfico, la conformación de una amplia, ancestral y profunda cultura que no ha sido precisamente favorecida con los “grandes” logros de la globalización sino que, por el contrario, ha padecido los estragos de la expoliación de las riquezas naturales y la misma explotación de la fuerza de trabajo que ha conducido a una precarización inhumana de su población. Como efecto, el incontenible movimiento migratorio hacia el norte ante la falta de oportunidades en sus respectivas localidades.
Ese es en gran medida el problema medular y más visible de la situación y condición centroamericana. Pero por otro lado está también su gran riqueza cultural, natural, que se han salvado del embate colonialista y que significan importantes bastiones de resistencia y factor de supervivencia de los pueblos, en tanto se vayan dando –aunque con pasos tardos en el orbe- los cambios de paradigma del modelo económico y social.
El cine y, particularmente, el documental son para esta realidad un medio de expresión sumamente valioso que ofrece -cuando son de buena factura, cuando se mezclan en una atmósfera de calidad un buen tema, un magnífico guión y una propuesta visual notable- la posibilidad de representarnos un testimonio sublime mediante el uso del lenguaje artístico.
Por eso los organizadores del Chiapasfilmfest adoptamos desde un principio la forma de documental como un medio testimonial que tiene intrínsecamente esa posibilidad de denuncia y exhibición de todos los aspectos de la realidad de nuestros países y nuestros pueblos centroamericanos, que de pronto podrían faltarle a las grandes producciones cinematográficas en los demás festivales internacionales, y que buscan -también válidamente, lejos nuestra intención de descalificarlos- otros cometidos.
Tendremos la oportunidad de disfrutar, entre otros trabajos seleccionados, la propuesta de Alexandra Latishev, cineasta costarricense que con su documental “Los volátiles”, nos muestra cómo es el ámbito vivencial de un psiquiátrico en que se exacerban las emociones más estrictamente humanas de los pacientes, pero también el afán creativo que poseen. Me atrevería a decir que mediante un ejercicio extremo de manejo de situaciones y disposiciones de los actores, que no son otros sino los mismos internos de la institución, Latishev recrea ciertos aspectos de la convivencia social pero puesto en escena en una suerte de esperpento de nosotros mismos, de la condición humana, con un éxito notable. En estricto sentido, muestra las verdades que la sociedad no quiere ver.
Lo destacable de este cortometraje es la atinada elección del tema, lo cual sin recurrir a las duras penalidades de la vida real, y con un trasfondo de denuncia soterrada, nos muestra a los enfermos mentales como víctimas de la complicada situación económica y social que se padece en nuestra ruda vida cotidiana.
Este trabajo evidencia la valiosa labor que ha desarrollado en Costa Rica el Centro de Tecnología y Artes Visuales (CETAV) del Parque La Libertad en cuanto a estudios de cine y en la creación de cuadros formados en sus aulas y que aportan a nuestras respectivas sociedades el fruto de su trabajo intelectual y creador.
Otro ejemplo similar en nuestro país es Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, de donde precisamente egresó otra participante en este segundo Chiapasfilmfest, Melissa Elizondo, quien con su trabajo “El Sembrador” fue galardonada recientemente en la edición 2018 del Festival de Cine de Morelia.
Este documental fue realizado en territorio chiapaneco y tiene como tema el trabajo de un maestro rural en su comunidad y cómo va transformando la vida de sus alumnos mediante la camaradería, la solidaridad, el trabajo en equipo; alumnos de la comunidad a quienes además de la disciplina de estudio insufla de bondad, generosidad, y demás preciados valores humanos que son importantísimo en la formación del individuo.
Consideramos que hubiera sido una falta terrible no incluir en el Chispas filmFest un producto tan ligado a nuestro Chiapas, pero que además tiene grandes logros y propuestas de lenguaje visual que los asistentes a la proyección podrán apreciar abundantemente.
Melissa Elizondo se encuentra actualmente con agenda nutrida debido a una serie de compromisos que tienen que ver con la presentación de su valioso documental en diferentes festivales del mundo. Sin embargo, atendió nuestra llamada y generosamente aceptó participar en nuestro proyecto y probablemente esté con nosotros para compartir su experiencia fílmica.
La fotografía es un aspecto valioso y definitivo en la factura de una buena película, de un buen documental. Por eso consideramos también invitar con una exposición y la impartición de un taller a la fotógrafa Ángeles Torrejón, quien nos compartirá un trabajo suyo que tiene que ver con mujeres zapatistas, un tema que también nos es sumamente entrañable y de interés estrictamente centroamericano que podremos compartir con realizadores y artífices de la lente centroamericanos.
En fin, hemos ido conformando una propuesta de calidad pero que tiene como carácter distintivo precisamente eso, la mirada de la mujer a Centroamérica, un atisbo detallado, femenino, inteligente, para abordar esa realidad que se nos desborda de las manos y de la imaginación y que produce también -lastimosamente- no sólo transmigración de almas y de pensamiento sino también migrantes que padecen la inclemencia de las duras realidades que nos circundan, a cual de mayor lesividad progresiva.
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