Una mujer que pinta canta desde el ser
En sonoras armonías de matices fraguándose
Crea sonidos de luces en movimiento
Que su paleta sugiere en fresca inadvertencia
Desde el fuego en landas, erupciones, rezos y gestos
Donde la historia y el mito se entretejen
Y juegan para reinventar la vida mágica
y contada del hoy siendo, del ayer real,
Del siempre siendo.
La huella femenina es inconfundible
En el relato, el canto, el furor,
La ira, la complacencia y el deseo.
Hay una raíz femenina
En cada acto y gesto y decir humano suyo,
En cada sombra y luz de los días que observa.
Existe una belleza femenina
Que expone y luce sus secretos
Cada vez que el canto embriagado
El asombro natural y el delirio visionario
Hacen su presencia naturalmente extraordinaria
En esta tierra maldita y baldía,
Avara y siniestra, casi vacía.
Patricia Mota ha viajado
Por diversos universos del sueño
Y la realidad, los deseos y la fantasía
En perfecto apego a su existencia humana
Ave celeste asida a su vuelo diurno y nocturno.
Sus colores fluyen como búsquedas que hablan
De un tiempo en movimiento:
Tiempos violetas y amarillos, ocres y verdes
Donde las raíces son pájaros en holgura
O las libélulas una cifra siempre mensajera
Y el Movimiento Circular Maya
La perfecta señal del mito sacralizado.
Una fruta, un árbol, un río, una mujer, un hombre
Navegan con luz propia y actúan
En el orden mágico de sus presencias
Como la alborada cada amanecer
En ciertas obras de caballete y murales
De Patricia Mota que cifra en exacta presencia.
Pocas obras suyas registran el dolor
Basta una:
“No hay guerra justa o injusta,
Todo guerra es inútil”.
De pronto lo religioso y lo mítico
La sumen con ternura sublime
Y se deja llevar por las tradiciones
Prehispánicas, coloniales, cotidianas
Con devota contemplación
Donde los delicados matices
Crean irrealidades tan perfectas
Como una realidad revelada.
Suya es su vida viviéndose en los colores
En la concentración de la contemplación
Enel desciframiento de lo inaudito
En la sugerencia de lo imposible
A veces en el necesario relato de lo advertido.
La seduce la abstracción de realidades cósmicas
Donde los diálogos con el ser
La instalan en la pura metafísica
Y vuelve a nacer inventándose
En el origen mismo de su ser
En medio de cifras y signos
Enigmáticos y esotéricos
Como su propia realidad imaginaria.
Para Patricia Mota
Los colores son juego de sus fuegos
Invención, pura invención,
Siempre invención sagrada o profana
Una manera de ser: Poesía.
Una mujer que pinta canta desde el ser
Y descifra cifrando con alegría natural
El canto que le canta a la vida para seguir siendo.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, Enero 20 de 2016.