La chalina, artesanía que complementa la indumentaria del parachico

La chalina es una artesanía que forma parte de la indumentaria del parachico, el danzante que recorre las calles de la colonial Chiapa de Corzo, en las márgenes del caudaloso río Grijalva, elaborada por mujeres artesanas.

La chalina es una pieza que adhiere al pantalón del parachico elaborada a base de razo en color negro, y que según el gusto del danzante se le agregan bordados de flores de diversos colores y un tejido de la misma tela, se trata de un adorno vistoso para cubrir el pantalón que se usan para las danzas también de color negro.

Hace algunos años se usaba una banda y se vestía antes con sarape y de artesanas y el gusto de los danzantes, pues le han incrustado lentejuelas que le agrega un brillo especial.

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Una de las artesanas de Chiapa de Corzo, maestra de varias generaciones, Romelia Camacho Rosales, se dice muy afortunada por ser parte de la fiesta grande mediante la fabricación de la artesanía con la que el danzante alegra la festividad en honor a San Sebastián Martir, San Antonio Abad y Señor de Esquipulas, del 8 al 25 de enero.

Elige la tela, toma las muestras, marca los trazos, inicia el bordado y agrega lentejuelas, se trata de una pieza que sobresale en la vestimenta del parachico por los bordados, a veces son flores, imágenes de la virgen de Guadalupe, de los santos San Sebastian Martir, San Antonio Abad o Señor de Esquipulas.

La chalina es una artesanía que forma parte de la indumentaria del parachico elaborada por mujeres artesanas. / Foto: Isaí López

Cuenta que es una mujer apasionada por su trabajo, disfruta el ser artesana desde hace 50 años, narra que aprendió a elaborar la chalina con su madre, desde toda su vida disfruta, goza y enseña su qué hacer, y la define como una de las artesanas de mayor trascendencia de Chiapa de Corzo, lo usa el parachico pero puede usarse de muchas formas.

Mi pasatiempo es bordar y costurar, celebro ocuparme de lo mío todos los días, pero disfruto mucho cuando veo que los parachicos que lucen con las prendas o artesanías que yo elaboro, me alegra y gozo cuando lucen mi trabajo, sostuvo.

Puntualizó que el gusto por elaborar la chalina lo lleva desde dentro de sí misma, trabajo que realiza durante todo el año, es una gran satisfacción que no se compara con nada, más que dar gracias a Dios, me llena de satisfacción y compromiso de seguir innovando en el proceso de elaboración que es tardado y que una prenda pueda tardar hasta treinta días en su fabricación.

/AP