Gabriel Gallegos es dibujante, pintor, muralista, escultor; estudió arquitectura; el arquitecto es un buen aliado del artista pues le facilita definir y construir espacios propios para ciertos proyectos. Gabriel Gallegos es un artista integral.
Este hombre es una persona sencilla, gentil, respetuosa, atenta. No lo controla la vanidad. La fuerza y virilidad de ciertas obras las compensa su caballerosa timidez. Su trato es imparcial con el humilde, el funcionario o el hombre de negocios. Es una persona que sabe gozar de la vida desde el más elemental acto cotidiano hasta la convivencia festiva con grupos de familiares y/o amigos.
Gabriel Gallegos entendió, desde joven, la necesaria disciplina para el trabajo creador. Por su amplia obra escultórica es conocido en ciudades y pueblos de Chiapas gracias a los bustos y figuras de personajes, hombres de la política, celebres poetas, inolvidables héroes, seres míticos entrañables… también por los murales en varios edificios públicos y universitarios, en los que recrea trascendentales pasajes de la vida, la historia, la cultura de nuestras tradiciones.
Gabriel es un dibujante de alta calidad en todo tipo de retratos, en bronce, madera, yeso, en el lienzo o el papel. Su destreza en el dibujo (realista o imaginario) es ejemplar y esencial para reconocerlo como un artista cabal.
Su obra de caballete ha recorrido varios museos nacionales e internacionales. Una escultura suya ha llegado al Vaticano. Existen varios coleccionistas privados que aprecian y conservan obras suyas.
Gallegos ha sabido recorrer tendencias y propuestas pictóricas, desde las cuales se regodea con pulcritud estilística, gracia sensual y belleza exquisita. Los lenguajes de los colores unidos a las formas más variadas, son los que propician acentuar la connotación y denotación de su discurso estético logrando que el espectador se apropie de su obra por medio de la atrayente, cautivadora observación.
La alegría colectiva y la sensualidad individual, el vigor de lo íntimo que aflora en ciertas expresiones, la sobriedad y calidez de lo humano, todo ello lo capta Gabriel con una auténtica naturalidad como un narrador naturalista, a veces surreal, fantástico, que ha indagado en los finos secretos de los seres humanos.
En Gabriel Gallegos el hombre y el artista se hermanan, pues uno encuentra al amigo genuino, caluroso y al artista que emana de la más plena sepa chiapaneca y, desde allí, se instala en la cúspide del creador universal.
La obra artística de Gabriel Gallegos, por la rica diversidad lograda, posee su propia impronta, su sello particular.