El segundo Chiapasfilmfest

Luis Armando Suárez A.

  · viernes 14 de diciembre de 2018

Foto: cortesía

Si bien en nuestro Estado no existe una abundante tradición fílmica, y todo intento que vayamos impulsando resultará valioso para conformar esa tradición, debo decir que la realización del Segundo Festival de Cine Documental Centroamericano –que en ese sentido va- nos dejó grandes satisfacciones y mejores enseñanzas.

Realizado en Comitán del 28 al 30 de noviembre pasado, esta reciente edición del Chiapasfilmfest nos dio la oportunidad de establecer nuevos vínculos y reforzar los ya habidos con los cineastas centroamericanos y con las más destacadas escuelas de cine como lo son la de Costa Rica, Guatemala y Panamá.

A los y las cineastas centroamericanos, principalmente documentalistas, que es el sentido de este festival, les pareció fabulosa nuestra propuesta de ir introduciendo al mercado mexicano y en el gusto de nuestros connacionales las propuestas fílmicas suyas.

Nuestro Chiapasfilmfest va convirtiéndose en el puente que permitiría y propiciaría al cine documental centroamericano ir introduciéndose en nuestro territorio, presentarlo a la mirada de quienes gustan del cine y de los especialistas que los hay de gran claridad en nuestro ambiente mexicano. Tampoco olvidar que es la primera propuesta de festival en el mundo, de entre más de 850, que toma como centro de atención el cine documental centroamericano.

Pero sobre todo, la misión se sustenta por sí misma, al ir conformando un movimiento que vaya mostrando a nivel internacional, podríamos pensar en un futuro mundial, de la propuesta estética de los realizadores de nuestras tierras, quienes a través de su lente muestran las realidades de sus respectivos países, con lo cual en un futuro no muy lejano se dirijan hacia acá los reflectores del mundo para atender este tema y tantoChiapas como Comitán serán abundantemente beneficiados en muchos sentidos.


También resultó muy gratificante una llamada telefónica y un reconocimiento que nos dirigieron del mismo Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), en que festejaron nuestra feliz ocurrencia de llevar adelante este proyecto y por lo cual nos ofrecieron todo su apoyo para las ediciones subsecuentes.

Creo que la oferta fue de gran calidad y muy contundente al presentar trabajos de nuestro país, de nuestro estado inclusive, y de Costa Rica, Guatemala y Nicaragua.

Abrimos el Chiapasfilmfest con un trabajo que reviste gran importancia por diversas razones: El Sembrador, obra prima de Mellisa Elizondo, una cineasta egresada del Centro Universitario de Enseñanza Cinematográfica (CUEC) de la UNAM, narra el trabajo alternativo, diverso, novedoso y muy eficaz de un maestro rural en una comunidad chiapaneca, Monte de los Olivos, situado frente a Aguacatenango, en que el docente se hace cargo de un grupo de estudiantes multigrado de primaria y les transforma el alma, la inteligencia, y el sentido de compañerismo mediante un método educativo que podría ser un modelo ejemplar para la impartición de enseñanza no sólo en nuestro Estado sino en el país entero. Esta experiencia educativa es llevada a la pantalla mediante un discurso narrativo impecable y con una fotografía magistral, así como el producto que nos reporta el talento de Mario Ríos en su labor de ingeniero de audio en la posproducción del documental.

Tanto Melissa como nosotros adquirimos el compromiso postrero de llevar este docuemntal, El Sembrador, a la mayor cantidad de comunidades y escuelas rurales del Estado, tanto como a propiciar una proyección para las autoridades educativas locales para que puedan inspirarse en este exitoso ejemplo.

Cabe mencionar que este documental obtuvo tres premios en el reciente festival de Morelia como reconocimiento a su alta calidad defactura.



El Chiapasfilmfest, que ha cuidado en estas sus dos primeras ediciones ofrecer a nuestra comunidad el conocimiento y la experiencia de los cineastas participantes mediante conferencias, charlas, talleres sobre el tema cinematográfico, contó en esta ocasión con una exposición fotográfica extraordinaria presentada por la maestra Angeles Torrejón, quien durante el movimiento zapatista durante el 94 estuvo en la selva junto con las milicianas guerrilleras. Además de la calidad gráfica, la exposición Alzando la mirada. Mujeres zapatistas tiene la característica de presentar algo soslayado con anterioridad y que es el protagonismo de la mujer en la insurrección zapatista. Mientras cientos de periodistas nacionales y de todo el mundo fueron convocados por el máximo interés de documentar la actividad del subcomandante Marcos, Ángeles Torrejón tuvo la inspiración de girar algunos grados su foco de interés con respecto al personaje aludido y dirigir su lente a esas milicianas que rompieron el silencio de su género, amordazadas por siglos de sojuzgamiento, colocándose a la vanguardia de esa otra insurrección histórica que es el protagonismo de la mujer.

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