CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

HERNAN BECERRA PINO

  · miércoles 25 de abril de 2018

Óscar, era un tapachulteco de mente brillante que nació en 1963 y murió el viernes 13 de abril de 2018. Foto: cortesía.

Si quisiera escribir mi artículo al estilo deGabriel García Márquez diría que en Tapachula todo mundo sabíaque lo iban a matar… y lo mataron”. Óscar, era un tapachultecode mente brillante que nació en 1963 y murió el viernes 13 deabril de 2018. Que descanse en paz. La vida no vale nada comodiría José Alfredo Jiménez.

A Óscar lo conocí desde que él era un niño y youn adolescente. Era cinco años más joven que yo, pero desde losaños setenta platicábamos largo y tendido. Era una mentebrillante mal comprendida. Considero que era tal su inteligenciaque nadie lo pudo controlar y se desbordó. Fue la historia de vidade un genio. Pasaron los años y a Óscar lo guardaron catorceaños. Al salir de la prisión lo sentí cambiado,espiritualizado… Podía levitar porque había adelgazado.

La última vez que nos vimos fue en el ParqueBicentenario de la Ciudad de Tapachula, y allí se confesó conmigocomo si yo fuera un sacerdote. Era un gran conversador. Platicósobre cómo un día se fue a Londres, al llegar le sacó todo elpapel hecho bola que llevaba la maleta, la fue doblando hastahacerla pequeña. Y la metió al depósito de agua del baño de laterminal aérea. Fue a exigir que le pagaran su maleta y se lapagaron. También me contó como su padrino Juan Sabines Gutiérrezlo becó para que estudiara inglés en Londres por dos años. Yaestaba todo pagado. Él, en cuanto llegó a la institución, lesdijo que ya no quería estudiar y exigió le devolvieran su dinero.Y se lo devolvieron. Así se las gastaba el buen Oscarín. Por esole dije en aquella época que era un Daniel el Travieso.

Esta anécdota del aeropuerto me hizo recordar lahistoria de otro amigo a quien le apodaban La Morsa. Él me contóque sus papás al cumplir quince años lo mandaron en un viaje deplacer a París, Francia. Al desembarcar del avión le dieron ganasde ir al baño y al bajarse los pantalones se le cayó la bolsa deviaje donde llevaba todos sus dólares para el recorrido porEuropa. Se tuvo que regresar a México en el mismo avión. Quétal.

Me habló un conocido, de Tapachula, para decirme“Mataron a la Perica”. Y la verdad me consternó su partida.“Nadie merece la muerte” -me dijo alguna vez José EmilioPacheco. Y como dicen los españoles y a mí me deja perplejo: “Ymira que lo digo yo”. Me da tristeza porque yo siempre he estadodel lado del moridor.

Con un machetazo en el cuello, ya no había necesidadde darle otro en la cabeza, con el que lo remataron. Estuvo tresdías tirado en su casa, hasta que encontraron su cadáver. No hubonecesidad de hacer la autopsia y encontrar la medallita de oro quese había tragado a los tres años, como en “Crónica de unamuerte anunciada” de Gabriel García Márquez. Dios mío hastadónde hemos llegado. Tapachula se ha convertido en unaTijuanita.

Se le hizo una misa de cuerpo presente en la Catedralde San José, ubicada en el Parque Bicentenario de Tapachula. Elpadre Valente Dávila ofició la misa y habló muy bonito a lascenizas del finado. Toda la clase alta del pueblo se desbordó,llenando el recinto religioso... Ahí estaba María AmaliaToriello, a quien le dicen de cariño “La Pelona”. Cielo TellezCalderón, La Merce Rubiera… y parte de la gente rica deTapachula.

Los familiares estuvieron presentes. La únicahermana que queda, Clara Mercedes Poumian Marín estuvo recibiendolos pésames. A ella, ahora, le mando mis más sentidos pésames.Óscar pertenecía a la clase alta de Tapachula que ahora está muydesconcertada.

A Óscar Poumian sus travesuras lo hicieron famosos.Fue tremendo pero la gente lo quería. Su hermana murió siendo muyjoven en un trágico accidente de carretera. Se murieron suspadres. Óscar ya está juzgado por Dios y está con ellos quetanto lo quisieron. Amén.

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