/ sábado 15 de julio de 2023

Gana Imanol Caneyada el premio Dashiel Hammet

La Semana Negra de Gijón reconoció al escritor español afincado en México por su novela Litio, sobre corrupción y abusos en Sonora

GIJÓN. El escritor y periodista vasco, pero sonorense por decisión, Imanol Caneyada, ganó el Premio Dashiel Hammett a la mejor novela policíaca escrita en español en 2022 de la 36ª edición de la Semana Negra de Gijón con Litio, sobre el abuso y la corrupción de una minera canadiense en una pequeña localidad de Sonora con la complicidad de las autoridades y la participación del narcotráfico.

“No termino de digerirlo, estaba nominado con autores que respeto muchísimo, daba por hecho que no iba a ser yo, ya estaba feliz de estar compartiendo con amigos, con la familia, pero estoy muy feliz porque la Semana Negra es como la Meca para quienes escribimos novela negra; Litio es una novela que quiero mucho y que ha tenido la fortuna de llegar hasta acá”, manifestó al conocer la deliberación del jurado.

La novela de Imanol Caneyada competía con El tiempo de las moscas, de Claudia Piñeiro; El ciervo y la sombra, de Diego Ameixeiras; Fin de temporada de María Inés Krimer y La presidenta, de Alicia Gimenez Bartlett. El jurado anunció el premio por unanimidad, por la creación de una obra llena de ternura y compasión en un mundo despiadado.

En entrevista con El Sol de México, Caneyada sostuvo que Litio nació a partir de su experiencia periodística en Sonora, donde vivió 33 años. “Tuve la oportunidad de conocer los estragos de las empresas extractivistas, el impacto que tienen, la devastación en términos ecológicos pero también en términos sociales y políticos; tuve la oportunidad de ver cómo depredan, cómo se apropian de los espacios, cómo someten todo el ámbito, todo el espacio, toda la vida de una comunidad, la someten, la trituran, es muy fuerte”, manifestó.

Anotó que de esa experiencia surgió Litio, de cuando se descubre que en Sonora hay un yacimiento de lo que le llaman el oro blanco, y entonces se hacen promesas vacuas de que llegan el progreso y el desarrollo. “La historia surgió pensando siempre en esta idea, de cómo los miembros de una pequeña comunidad en una sierra que tienen generaciones viviendo de la agricultura, de la ganadería, de pronto se ven muy impactados con la llegada de estas empresas, de estos mega corporativos, que tienen además multi capitales en diferentes países, que no tienen ningún tipo de escrúpulo y cómo se asocian con el crimen organizado para generar violencias que desplacen a las comunidades o que las sometan a sus designios”.

Caneyada afirmó que se siente totalmente mexicano y que la totalidad de su obra está escrita en ese país. “Valió la pena todos estos años apostar por el género negro, en México no es muy leído, no es contemplado por los espacios de la alta literatura, de la academia, se ha visto con desdén, aunque hemos abierto brecha.

“Me ha tocado como autor ser invitado a universidades y los estudiantes de letras aseguran los maestros les dicen que no lean eso porque no es literatura; todavía hay una enorme cantidad de prejuicios en torno a lo que se conoce como género negro”, puntualizó.

También se anunciaron los ganadores de las diferentes categorías que se premian en el certamen. El premio Rodolfo Walsh a la Mejor obra de no ficción de género negro fue para Obra maestra, del español Juan Tallón, la cual reconstruye a ritmo de thriller trepidante el caso de la volatilización de una enorme obra de arte en el Museo Reina Sofía de Madrid.

El Premio Espartaco a la Mejor novela histórica fue para Odio, del español José Manuel Fajardo, una novela escrita en dos tiempos distintos y ambientada en París y Londres, donde la miseria y suciedad todo lo cubre y en la que dos individuos alimentan, en dos épocas diferentes, la misma antipatía y aversión hacía todo lo que les rodea.

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El Premio Celsius a la Mejor obra de ciencia ficción y fantasía se lo llevó La suerte suprema, del gijonés Mariano Antolín Rato. En la obra hay un apagón global, se da la ausencia de conexiones digitales y un escritor está más que dispuesto a encontrar el modo de reanudar su relación telemática con Helwna Troyano, explosiva mujer virtual e hipotética musa desfasada.

Por último, el Premio memorial Silverio Cañada a la Mejor primera novela de género negro fue para la novela Tierras muertas, de la catalana Nuria Bendicho en la que tras una ausencia de tres años, Joan, uno de los vástagos de la familia Capdevila, regresa a casa para encontrar la muerte.

GIJÓN. El escritor y periodista vasco, pero sonorense por decisión, Imanol Caneyada, ganó el Premio Dashiel Hammett a la mejor novela policíaca escrita en español en 2022 de la 36ª edición de la Semana Negra de Gijón con Litio, sobre el abuso y la corrupción de una minera canadiense en una pequeña localidad de Sonora con la complicidad de las autoridades y la participación del narcotráfico.

“No termino de digerirlo, estaba nominado con autores que respeto muchísimo, daba por hecho que no iba a ser yo, ya estaba feliz de estar compartiendo con amigos, con la familia, pero estoy muy feliz porque la Semana Negra es como la Meca para quienes escribimos novela negra; Litio es una novela que quiero mucho y que ha tenido la fortuna de llegar hasta acá”, manifestó al conocer la deliberación del jurado.

La novela de Imanol Caneyada competía con El tiempo de las moscas, de Claudia Piñeiro; El ciervo y la sombra, de Diego Ameixeiras; Fin de temporada de María Inés Krimer y La presidenta, de Alicia Gimenez Bartlett. El jurado anunció el premio por unanimidad, por la creación de una obra llena de ternura y compasión en un mundo despiadado.

En entrevista con El Sol de México, Caneyada sostuvo que Litio nació a partir de su experiencia periodística en Sonora, donde vivió 33 años. “Tuve la oportunidad de conocer los estragos de las empresas extractivistas, el impacto que tienen, la devastación en términos ecológicos pero también en términos sociales y políticos; tuve la oportunidad de ver cómo depredan, cómo se apropian de los espacios, cómo someten todo el ámbito, todo el espacio, toda la vida de una comunidad, la someten, la trituran, es muy fuerte”, manifestó.

Anotó que de esa experiencia surgió Litio, de cuando se descubre que en Sonora hay un yacimiento de lo que le llaman el oro blanco, y entonces se hacen promesas vacuas de que llegan el progreso y el desarrollo. “La historia surgió pensando siempre en esta idea, de cómo los miembros de una pequeña comunidad en una sierra que tienen generaciones viviendo de la agricultura, de la ganadería, de pronto se ven muy impactados con la llegada de estas empresas, de estos mega corporativos, que tienen además multi capitales en diferentes países, que no tienen ningún tipo de escrúpulo y cómo se asocian con el crimen organizado para generar violencias que desplacen a las comunidades o que las sometan a sus designios”.

Caneyada afirmó que se siente totalmente mexicano y que la totalidad de su obra está escrita en ese país. “Valió la pena todos estos años apostar por el género negro, en México no es muy leído, no es contemplado por los espacios de la alta literatura, de la academia, se ha visto con desdén, aunque hemos abierto brecha.

“Me ha tocado como autor ser invitado a universidades y los estudiantes de letras aseguran los maestros les dicen que no lean eso porque no es literatura; todavía hay una enorme cantidad de prejuicios en torno a lo que se conoce como género negro”, puntualizó.

También se anunciaron los ganadores de las diferentes categorías que se premian en el certamen. El premio Rodolfo Walsh a la Mejor obra de no ficción de género negro fue para Obra maestra, del español Juan Tallón, la cual reconstruye a ritmo de thriller trepidante el caso de la volatilización de una enorme obra de arte en el Museo Reina Sofía de Madrid.

El Premio Espartaco a la Mejor novela histórica fue para Odio, del español José Manuel Fajardo, una novela escrita en dos tiempos distintos y ambientada en París y Londres, donde la miseria y suciedad todo lo cubre y en la que dos individuos alimentan, en dos épocas diferentes, la misma antipatía y aversión hacía todo lo que les rodea.

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El Premio Celsius a la Mejor obra de ciencia ficción y fantasía se lo llevó La suerte suprema, del gijonés Mariano Antolín Rato. En la obra hay un apagón global, se da la ausencia de conexiones digitales y un escritor está más que dispuesto a encontrar el modo de reanudar su relación telemática con Helwna Troyano, explosiva mujer virtual e hipotética musa desfasada.

Por último, el Premio memorial Silverio Cañada a la Mejor primera novela de género negro fue para la novela Tierras muertas, de la catalana Nuria Bendicho en la que tras una ausencia de tres años, Joan, uno de los vástagos de la familia Capdevila, regresa a casa para encontrar la muerte.

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